De acuerdo con CONEVAL, Puebla se ubica como la quinta entidad más pobre en el país y como una de las más desiguales (ENIGH-2014). Cuenta con una población rural de casi 30% distribuida en pequeñas localidades, lo que obstaculiza tanto el servicio educativo, como el acceso y disponibilidad de recursos pedagógicos, aumentando las dificultades de los alumnos para ingresar, asistir y permanecer en la escuela. El grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 8.5 (nivel nacional: 9.2 grados); un 8.3% de poblanos con más de 15 años son analfabetas (nivel nacional: 5.5%); cuenta con un 18% de jóvenes entre 15 y 29 años que están desempleados y no están matriculados; de cada 100 personas de 15 años y más, sólo 56.2 cuentan con la educación básica concluida y sólo 4 de cada 10 jóvenes accede a educación superior (INEGI, 2015).
En lo que respecta al magisterio, los resultados de la evaluación de docentes y directivos poblanos han mostrado que aproximadamente la mitad de ellos obtienen resultados no idóneos (INEE, 2015). Por otro lado, si bien en las últimas aplicaciones de la prueba PLANEA Puebla ha logrado una mejora notable en sus resultados de aprendizaje, el porcentaje de alumnos que obtienen los niveles de logro más bajos es mucho mayor en las escuelas indígenas, comunitarias y públicas, siendo éstas, las que más carencias tienen.
Adicionalmente, nuestro estado se ha caracterizado por su aumento en la oferta educativa a nivel superior, sin embargo, no se aprecia la aplicación de medidas rigurosas para el cumplimiento de estándares mínimos de calidad educativa.
Por último, la falta de continuidad e inconsistencia de las estrategias y políticas educativas que cada sexenio se implementan, obstaculiza la resolución de los problemas de rezago y calidad propios de nuestra entidad.
Creemos firmemente que el derecho a la educación es la base para el desarrollo armónico del ser humano y un pilar fundamental de toda sociedad. La educación de calidad es condición esencial para el disfrute de los demás derechos y ésta debe ser para todos, de manera que la población tenga, no sólo acceso a ella, sino además, se ofrezcan las condiciones materiales, socioafectivas y pedagógicas necesarias para que efectivamente, se pueda aprender (justicia y equidad educativa) (INEE, 2016). Se requieren programas que permitan avanzar hacia el cumplimento de este derecho, incidiendo en políticas públicas eficaces para todos los niveles educativos.
Es necesario reducir el rezago escolar a partir de metas y acciones concretas y focalizadas en función de los municipios y escuelas con resultados y condiciones más desfavorables, implementando estrategias de acompañamiento. Se sugiere revisar los programas del CONAFE, para que respondan de mejor manera a las necesidades de los niños y jóvenes indígenas.
Reforzar la colaboración entre SEP, docentes y actores correspondientes para avanzar hacia una evaluación educativa con enfoque de equidad, que permita “emitir juicios respecto de la relevancia, efectividad, eficiencia, impacto y sostenibilidad de políticas, programas y proyectos, a fin de determinar si se están cerrando las brechas y aumentando la tasa de progreso de los grupos sociales en mayor desventaja” (INEE, 2014). Además, generar estrategias para articular la evaluación educativa con la formación docente, vinculando de mejor manera a las normales y a las instituciones de educación superior.
Impulsar estudios para caracterizar al magisterio poblano a fin de poder mejorar sus resultados y ofrecerles de manera más estratégica, los recursos, materiales, infraestructura y apoyos técnico-pedagógicos, que les permitan concentrarse en sus tareas de enseñanza.
Establecer medidas más rigurosas para la apertura de instituciones educativas, así como procesos más transparentes en cuanto a la supervisión y cumplimiento de estándares mínimos de calidad.
Consolidar estrategias exitosas y asegurar su continuidad y consistencia (independientemente del partido político en turno) realizando una evaluación de los principales programas educativos del gobierno anterior1, pues implicaron tiempos y recursos, y habrán tenido resultados positivos que se pueden mantener y fortalecer.
1 Como son los casos del “Modelo APA” (Modelo Educativo Poblano: Asistencia, Permanencia, Aprendizaje), el programa “Yo No Abandono”, la “Estrategia de Seguimiento a Egresados Normalistas”, el “Programa Estatal de Evaluación y Mejora Educativa” y la estrategia “Puebla Convive”.
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