77 La vida de la Domina gemmata es un pie de página en el río de la historia, una prueba más de que el tiempo toma lo mejor de nosotros, nuestra juventud, nuestra belleza, hasta nuestra cordura. A las ciencias que estudian la mente les interesará analizar lo extraordinario de su caso, escribirán tratados de ello, postulaciones teóricas. Al final, la Domina gemmata es una pieza más de esta ensoñación de naturaleza muerta que ahora le rodea, como la presencia mortuoria aguardando atrás de las graciosas formas de jóvenes que roban el aliento con su inocente desnudez, pero siempre presente ante el espejo. Cumplí todas sus exigencias, traté muy a mi modo de hacer que la belleza de su juventud fuera inmortal. Yo que le di todo, mi cuerpo, el gusto, la vista, sólo le pido una cosa: que se muera para que al fin me deje descansar.
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