Talento IBERO 2021

27 Juan siempre ha sido un tipo muy desconfiado, y según nos contaron, estas actitudes hostiles de Juan para con su esposa la tenían harta, encontrando, naturalmente, consuelo a su desdicha en los joviales brazos de su nuevo querer. Los celos de Juan obligaban a Teresa a dar cuenta de todas sus actividades, siendo rara vez vista en la calle, no se oía de ella ni en los días de fiesta. Afortunadamente para Teresa, su marido trabajaba para una constructora, lo cual lo mantenía ocupado y lejos de casa por algún tiempo. Sospecho fue en estas horas de soledad (y completa libertad) que Teresa se daba sus escapadas, logrando disfrazar su honestidad de algún modo. Imagino el miedo de Teresa, checando cada veinte minutos el reloj con el fin de llegar antes que su marido a la casa, hacer una rápida cena o fingir que el tiempo se le fue volando al realizar algún quehacer del hogar. En algún punto de sus escapes habrá conocido a Federico, hombre joven y hermoso de buen talante para el amor, logrando con el tiempo formalizar su relación. El problema no sería tanto tapar sus salidas, sino lograr escabullir con éxito a su nuevo amante; la casa de Teresa servía de lugar de encuentro para mayor comodidad de ella, así lo decidió por previsión, pues los lugares propicios para darle rienda suelta a las recreaciones extramaritales quedaban lejos de su rumbo. Debían de ser sobre todo cautelosos con los vecinos, no fuera a ser que alguno le fuera con el chisme a Juan. Sucedió a los amantes que una tarde les sobrevino la inesperada llegada de Juan. Previendo la reacción de su marido al encontrarlos retozando en su alcoba, Teresa se ciñó una túnica de forma apresurada y como pudo llevó a Federico a ocultarse al único lugar que se le ocurrió: un pequeño cuarto de lavado debajo de la escalera, el cual también servía de alacena; la oscuridad y el desorden del cuarto proveerían un buen escondite. Por las prisas,

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