Talento IBERO 2021

26 La amante del fantasma “Apreciadas amigas, se ha hablado de muchas maneras sobre la industria humana; más si Licisca no hubiese venido, dándome materia para los razonamientos de mañana, no hubiera hallado fácilmente tema. Ella dijo que no hay mujer que se case doncella, y que además conocía las burlas que hacen a los maridos. Dejando lo primero, que es cosa infantil, debe resultar divertido tratar sobre lo segundo. Así pues, quiero que mañana se hable de las burlas que hacen las mujeres a sus maridos, sabiéndolo ellos o no”. El Decamerón, Giovanni Boccaccio De esto me enteré hace ya algunos meses, y el hecho se reveló tan insólito que me pareció oportuno escribir sobre ello. Por no ser mi intención incomodar a quienes participaron en el suceso, dadas las razones que luego se entenderán, fue necesario alterar sus nombres a la hora de pasar al papel la anécdota. Bien pude haber dejado a los personajes sin nombre, pero eso volvería confusa la narración por ser el tema un triángulo amoroso. En todo caso, me apegaré a la realidad, alterando un poco el diálogo por haber sido algo escurridizo para quien nos hizo enterarnos de este relato, pues como bien sabrá el lector, no es lo mismo leer una historia a escucharla de boca ajena, no obstante, no me gustaría que se piense, por ser parte de la naturaleza humana la exageración de los hechos, que aquí se dio tal caso. Esto dicho, comienzo. Según tengo entendido, Teresa llevaba meses metiendo a hurtadillas a su amante Federico a su lecho, logrando burlar el celoso censor de su marido. No me sorprendería, sin embargo, que Juan, marido de Teresa, se oliera algo raro en el continuo trato con su mujer.

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