Rúbricas 12

72 Las ideas principales que sintetizan el sentido poético de las presentes afirmaciones son la autenticidad y la capacidad de testimonio, con la poesía como mediadora de la verdad existencial. Verdad y testimonio son dos aspectos de la persona social de Jaime Sabines como poeta y ser humano en su entorno de cultura. En la vida práctica, la satisfacción suprime al deseo, pero en el universo de la poesía, la satisfacción no suprime el deseo sino al contrario, revive indefinidamente la necesidad: es decir, se regeneran las exigencias… y en esto es bastante parecido al amor.7 La poesía como impulso vital opuesto a la practicidad inmediatista de la vida fabril del mundo contemporáneo; dicho impulso se transforma, o es muy parecido, según palabras del mismo poeta, al impulso de amor. Lo vital trasciende lo social, le da forma simbólica y lo manifiesta más plenamente que la vida práctica. El poeta debe ser fundamentalmente auténtico, la correspondencia entre su ser y el mundo que lo rodea. Si tienes una propensión mística, por qué no escribirla; si vives solo y atormentado en la soledad, ¿por qué no hablar de lo tuyo?8 Lo que fundamenta socialmente al poeta es su búsqueda de congruencia, que no sólo es política sino que está en concordancia con su vivencia íntima de la poesía, la vida y las simbolizaciones literarias resultantes. El testimonio es el reflejo cifrado de la existencia, importa más ser fiel a ese reflejo que escribir perfectamente con total incongruencia en relación con nuestra vida. El poeta no debe tocar las puertas, debe derribarlas. El poeta no debe esperar a ser un consagrado, porque ese día se 7 Homenaje a Jaime Sabines. (Marzo de 1996). Dossier de la Universidad Autónoma de México. UNAM: 19. 8Ibíd.: 33. momifica: que estudie, que lea, que aprenda, que abra los ojos para mirar la vida y ahí encontrará miles de estímulos vitales, no premiecitos.9 Aquí se encuentra la recomendación pedagógica que tanta falta hace a tantos escritores: el poeta no es un ser del stablishment, sino un estudioso del temor, temblor y asombro que la poesía ejerce sobre los seres humanos. El poeta es el que peregrina en el texto propio y ajeno para aprender del Verbo y, sobre todo, el poeta es el aprendiz de la vida, que destaca de ella lo que más nos sorprende y ejemplifica. La vanidad del escritor es opuesta a la humildad estudiosa del poeta, desde la vida misma hasta los símbolos que se le han heredado a través de ella. “La poesía debe ser el testimonio de nuestra cotidianeidad. No debes racionalizar el acto poético porque entonces te estás falsificando.”10 Está de más decir que Sabines tiene poco de gongorino, la racionalización como experiencia poética le parece inauténtica: fuente poco fiable de quehacer poético, artificio sin rastros de humanidad. IV. Apuntes finales: El entrometimiento de lo sagrado en la poesía de Jaime Sabines Guadalupe Flores Liera, en su excelente libro Lo sagrado en la poesía de Jaime Sabines, considera que Sabines es un poeta sagrado al estilo de los antiguos profetas del Viejo Testamento; hombres comunes y corrientes enraizados en la comunidad judía, pero a los cuales repentinamente se les infundía, a veces violentamente, la palabra de Dios. Sin intentar agotar los planteamientos de este libro, ya que su tratamiento es infinito y son variados sus temas para este espacio, comentaré algunos pocos aspectos que me llevan a la idea de lo sagrado como experiencia de entrometimiento en la poesía de Sabines. Lo sagrado arremete contra el poeta y vincula su experiencia con el temor y temblor de Soren Kierkegaard, con el misterio 9 Ib.: 41. 10 Ibídem: 57. Jaime Sabines, un creyente blasfemo La relación de Sabines con lo sagrado es la de un repentino temblor de angustia o soledad, una contradictoria rendición en la blasfemia. Dios se entromete en lo más cotidiano del hombre: Sabines es el creyente que es movido no solo por un fervoroso amor, sino por una profunda blasfemia, como si Dios le pusiera el pie en el camino, como si a veces ni siquiera se dignara a escucharlo, pero ahí está, siempre Milton Medellín. No cesará el desvelo. México: Instituto Tlaxcalteca de Cultura + DEL AUTOR

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3