Rúbricas 12

112 Literatura y música: UN CONCIERTO DE NOVELA Reseña del libro Clowns de Felipe Ríos Baeza (2016). Puebla, México: Instituto Municipal de Arte y Cultura. José Sánchez Carbó1 Las relaciones entre la literatura y la música son ancestrales al punto de que los orígenes de una y otra se confunden, especialmente, cuando nos remitimos al concepto de poesía. Otra manera de pensar esta relación es la presentada por Felipe Ríos Baeza, es decir, la de escribir novelas que representan y expresan la trayectoria de músicos y cuya data no se remonta más allá del siglo XVIII. En este sentido, la provocativa Clowns, primera novela que publica Ríos Baeza, se une a un número limitado de obras que, me parece, constituye un horizonte poco abordado en la literatura iberoamericana. Dentro de este panorama es posible encontrar a músicos o grupos, reales o ficticios o reales ficcionalizados, que asumen un papel protagónico en diversos géneros musicales o canciones que, más que ambientar, son parte significativa de la propia trama. Si hablamos de la música culta, académica o de concierto, en otras palabras, de aquella cuyos rituales implican la formalidad de la etiqueta, la contemplación pasiva, la destreza en la ejecución o los instrumentos acústicos, podemos citar novelas como las Confesiones de un pianista (188?), de Justo Sierra; La creación (1959), de Agustín Yañez; Concierto barroco (1974), de Alejo Carpentier; Canto castrato (1984; 2005), de César Aira; o El salvaje de la ópera (1994), de Rubem Fonseca. Estas novelas tienen a personajes de ficción o históricos como es el caso del Vivaldi de Carpentier o del olvidado compositor brasileño Antonio Carlos Gomes en la obra de Fonseca. Respecto al jazz hay una obra infaltable como El perseguidor (1959), Julio Cortázar o El invierno en Lisboa (1997), de Antonio Muñoz Molina, con el saxofonista Charlie Parker y el pianista Santiago Biralbo, respectivamente. En el caso de El perseguidor la figura del crítico ocupa un lugar importante en la trama pues es el encargado de visibilizar y exponer la genialidad del saxofonista incapaz de explicar su lenguaje musical. En Clowns, la figura de Federico Racine, célebre locutor de radio, en una discreta línea hacia el final de la novela es sugerido como el autor de la historia del grupo Artaud, “la banda más influyente del rock chileno de los últimos diez años” (141). Y como suele suceder en muchas ocasiones, los jóvenes integrantes del grupo, desinteresados en la trascendencia, lo mandan soberanamente a la “mierda”. Sobre la música popular mexicana tenemos dos hilarantes y divertidas historias de una banda de mariachis en el extranjero, como narra Federico Arana en Yo, mariachi (1991) y otra de dos compositores de corridos norteños imaginados por Luis Humberto Crosthwaite en Idos de la mente (2001). En este tenor cabría incluir a otro compositor de corridos como el “poeta” que 1 José Sánchez Carbó. Doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca. Ha publicado los libros de cuentos El maldito amor de mi abuelita (2000 y 2003), En realidad no es una historia de amor (2005), La reunión de los patéticos (2010) y Con las costillas intactas (2012); así como el libro La unidad y la diversidad. Teoría e historia de las colecciones de relatos integrados (2012) y ha coordinado el volumen Narrativa vitral contemporánea (2015). Ha sido colaborador en diversas revistas y suplementos literarios; y publicado en varias antologías de cuento y crítica literaria en México, Colombia, Brasil y Estados Unidos. Ha sido becario del FONCA-Secretaría de Cultura de Puebla (2002) y del CONACyT para estudios de doctorado en el extranjero (2004-2008). Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I. Actualmente coordina la Licenciatura en Literatura y Filosofía y la Maestría en Letras Iberoamericanas en la Universidad Iberoamericana Puebla.

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