Rúbricas 11

Rúbricas XI Ciencias de la Salud en la Ibero Puebla 35 necesarias para su desarrollo integral como seres humanos e, incluso, la disminución de sus expectativas de vida futuras (Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2013). Mundo laboral: desigualdad para las mujeres A través de la historia, las mujeres han ido forjándose un camino que ha influido en la economía. En décadas anteriores se observaba poca participación de ellas en el ámbito laboral. Y, hasta la fecha, siguen luchando por mantener un puesto homólogo al del hombre en función del desempeño y valorización de sus actividades laborales. De acuerdo con el artículo “Mujeres de América Latina y el Caribe registran mayor desempleo e informalidad” (2016); en la mayoría de los países latinoamericanos, ellas cuentan con un mayor número de herramientas que son indispensables para progresar dentro del mundo laboral. Sin embargo, dichas herramientas no son suficientes para evadir el desempleo y las grandes brechas salariales debido al trasfondo sexista que aún existe dentro de las estructuras económicas, sobre todo, la influencia que este trasfondo ha tenido en la desvalorización de las capacidades de la mujer. Esto puede comprobarse en las cifras proporcionadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el referido artículo “Mujeres de América Latina y el Caribe…” (2016), que analiza el desempleo de la mujer latinoamericana: durante más de diez años en América Latina hemos tenido una desocupación femenina que equivale a más de 1.4 veces la de los hombres, y pese a los avances y al compromiso con la igualdad de género no se ha logrado bajar esta brecha (OIT, 2016). Esto quiere decir que la problemática sobre el desempleo en relación con el sexo femenino es internacional. Es decir, se ha creado un imaginario que afecta a mujeres de diversos países, lo cual conlleva a que ellas se vean desplazadas a zonas laborales poco seguras y que representan ámbitos de vulnerabilidad. Nuestro país no escapa de esta dinámica internacional. Así lo expone el Instituto Nacional de las Mujeres (InMujeres) en su publicación Desigualdad de género en el trabajo (2008), donde encontramos que la mujer mexicana, durante los últimos años, se ha ido granjeando un papel representativo en el mundo laboral, sin embargo, se especifica que su desempeño se ha visto obstruido por los quehaceres domésticos, en comparación con el hombre, quien no ha aumentado su participación en las actividades del hogar. Lo anterior concuerda con lo publicado por la OIT (2016) en el artículo antes mencionado, donde se ofrece una imagen de desigualdad de género en el ámbito internacional. De acuerdo con el InMujeres, en la publicación referida (2008): La mujer mexicana, durante los últimos años, se ha ido granjeando un papel representativo en el mundo laboral, sin embargo, [...] su desempeño se ha visto obstruido por los quehaceres domésticos, en comparación con el hombre, quien no ha aumentado su participación en las actividades del hogar.

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