Pasos 2

5 c o n t e x t o s La evaluación curricular es una tarea compleja Laura Bárcenas Pozos* L a evaluación curricular es un proceso que implica un conjunto de destrezas y habili- dades orientadas a determinar si los servicios prestados por una institución académi- ca son necesarios para ejercer la práctica educativa, o si se utilizan, son suficientes, se dan en los términos planificados, ayudan dentro de un costo razonable, o si, inclu- so, provocan efectos no deseados. Hay dos tendencias para la evaluación curricular: la técnico-sistémica que da infor- mación para llevar a cabo la toma de decisiones, haciendo énfasis en la eficiencia y eficacia del impacto del currículum y viéndolo como un producto. Es el tipo de eva- luación que llevan a cabo las acreditadoras y certificadoras, y a pesar de que está muy centrada en los “cuántos” y no en los “cómos”, ofrece información que, tal vez, al interior de un proceso educativo ha dejado de observarse. Por otro lado, está la evaluación curricular llamada crítica que busca identificar y analizar los aspectos sociopolíticos, considerándolos como ejes centrales del currí- culum, al que se considera un proceso. Esta tendencia se caracteriza por teorizar, construyendo conceptos y metodologías que dan sentido y crean los marcos teóricos que sustenten las interpretaciones y análisis realizados, tomando en cuenta la parti- cipación de los actores del proceso educativo en la evaluación curricular. Ruiz (2001) y Stake (2006) ofrecen dos modelos críticos para evaluar el currículum. El primero responde a tres lógicas: la construcción, la traducción y el consumo, y afirman que éste es un proceso complejo con muchas aristas, por lo que conviene observar el currículum desde diferentes ópticas abriendo líneas de investigación en este campo educativo. En el segundo, llamado modelo de evaluación comprensivo, los autores ofrecen una estrategia basada en temas, éstos surgen de los propios actores y sirven de base para hacer el análisis a través de tres matrices: la objetiva, la descriptiva y la valorativa. En una investigación reciente se encontró que al utilizar las lógicas ofrecidas por Ruiz como ejes para plantearlos en cuadros de doble entrada –de acuerdo con lo que establece Stake–, es más posible comparar la información recibida recabada y dar más sentido al proceso de evaluación curricular, pues permite hacer una evaluación más comprensiva. Cuando se evalúa el currículum de forma comprensiva, el evaluador puede profun- dizar en el análisis del proceso enseñanza y aprendizaje, entrando en contacto con todos los sujetos que en él intervienen, identificando las razones por las cuales se ha logrado echar a andar una propuesta curricular con cierto éxito, o bien, las razones por las que esto mismo no ha sido logrado. Así, se considera que si se utilizan los dos tipos de procesos para la evaluación curricular, se tendrá un panorama más amplio y certero sobre los aspectos que han ocasionado que tal o cual acción del proyecto curricular no haya sido implementado, o no haya sido bien implementado, dando posibilidades a los actores del proceso de re-hacer, re-andar o re-formular, antes de descalificar las propuestas curriculares. Referencias Ruiz L. E. (2001). “Propuesta de un modelo de evaluación curricular para el nivel superior. Una orienta- ción cualitativa”. Cuadernos del CESU . UNAM . México. Stake, R. E. (2006). Evaluación comprensiva y evaluación basada en estándares . Ed. Crítica y Fundamentos. Barcelona. *Laura Bárcenas Pozos Académica de tiempo del Doctorado Interinstitucional en Educación laura.barcenas@iberopuebla.edu.mx

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