La 4T bajo la lupa

— 44 — deñar voces diversas y a gobernar por voluntad propia. Un efecto colateral del estilo unipersonal es el ataque y debilitamiento de algunos órganos reguladores y autónomos (Integralia, 2019: 3). El ataque a las instituciones de carácter autónomo ha ido aparejado con la construcción de un discurso que niega las constantes violaciones a prerrogativas fundamentales, incluidas las informativas y, por el contrario, como hemos visto, favorece un clima adverso para el ejercicio de las mismas. Desde la palestra presidencial matutina, la situación de violaciones generalizadas y graves a los derechos humanos no se reconoce en su magnitud… Por el contrario, existe un creciente rechazo y desdén hacia las instituciones que se encargan de proteger y garantizar derechos. Durante 2020, en diversas ocasiones se materializó una narrativa en contra de estas instituciones (Artículo 19, 2021: 191). En el caso de los organismos directamente vinculados con la tutela de derechos informativos, destaca el asedio discursivo y presupuestal contra el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), a los que el presidente ha amenazado con desaparecer y subsumir sus atribuciones en dependencias del gobierno federal, lo que, sin duda, implicaría la ausencia de autonomía en su operación y decisiones. Aunque el argumento presidencial es la austeridad, los datos contradicen sus dichos, pues los recursos destinados a todos los órganos autónomos en 2021 representan apenas 2.1% del presupuesto total del gobierno federal para este año, mientras que el del INAI un raquítico 0.01% y el IFT 1.1% (INAI, 2021). De hecho, los dos organismos especializados que tutelan derechos informativos, el INAI y el IFT, han recibido menos recursos desde que inició la presente administración. En el primer caso, el INAI ha sufrido una pérdida continua, entre 2018 y 2021, de -17.6% en términos reales, es decir, considerada la inflación, significa un -23.3% (INAI, 2021), en cuanto a los recursos del IFT, la disminución ha sido de poco más de 30% (Rosa, 2021). El análisis de los datos presupuestales demuestra que la razón expresada por el presidente para amagar con la desaparición de estos órganos no se apega a la realidad y evidencia que el tema no es presupuestal, sino de intenciones de eliminar instancias que de alguna manera representan contrapesos al poder presidencial. Irene Levy, exconsejera del IFT y experta en telecomunicaciones, asegura que: lo que vemos detrás del discurso del presidente es un afán de control. No se trata de un ahorro, porque si fuera un ahorro, podrían dejar como están las cosas y simplemente restructurar su plantilla laboral y ahorrar. Se trata de un afán de control de estos organismos que siempre le han estorbado al presidente (Rosa, 2021).

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