La 4T bajo la lupa

— 17 — gítimo para el uso de la fuerza, estando impugnada ante el máximo tribunal del país la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza; no prevé mecanismos de control y rendición de cuentas civiles, efectivos e independientes, más aún, señala que la actuación de soldados y marinos estará bajo supervisión y control militar; y refuta el texto constitucional al no subordinar las labores de las Fuerzas Armadas a la autoridad civil, instruyendo ni más ni menos al titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a coordinarse con —no anteponerse a— los responsables de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina. El acuerdo fue impugnado con una controversia constitucional en junio de 2020 por la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, sin que a la fecha en que se redactó este artículo haya sido discutido en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Militarismo: con el Ejército todo, sin la Marina nada Durante los primeros dos años de su gobierno, López Obrador aseveraba reiteradamente que para el 1 de diciembre de 2020 estarían sentadas las bases de su proyecto de transformación. Lo dijo antes de la pandemia y lo sostuvo en medio de ella. De hecho, llegó el día y aseguró que había conseguido el objetivo, enumerando como los cimientos de su transformación el respeto a la Constitución; la existencia de democracia y transparencia plena; libertades garantizadas, incluyendo el derecho a disentir; que no hay censura, fraudes electorales ni violaciones a los derechos humanos; la austeridad y la autoridad moral; el fin de los privilegios y la preferencia por los pobres; la protección a la naturaleza; la igualdad de género y el repudio a la discriminación, el racismo y el clasismo; el fortalecimiento de los valores morales, culturales y espirituales; y el cuidado y la promoción del patrimonio cultural e histórico.9 Sin dejar de mencionar que este repertorio es debatible, el listado no parece ser exhaustivo pues omite uno de los fundamentos que sostienen la autodenominada 4T: las Fuerzas Armadas. Estas se han hecho cargo de tal cantidad de faenas que el término militarización ha quedado corto, entrando a escena el concepto de militarismo. El protagonismo de las Fuerzas Armadas no sólo es en el ámbito de la seguridad, sino que se ha expandido a múltiples campos. No por nada tan sólo el presupuesto 2021 de la Secretaría de la Defensa Nacional creció 19.71%, convirtiéndose en el más elevado de su historia (Tourliere, 2020). Las Fuerzas Armadas, en consecuencia, han ganado terreno como el principal aliado del presidente, al grado de conjeturarse que para cada problema en México hay una solución militar (Storr, 2020). Aquella máxima atribuida a Benito Juárez “con el pueblo todo, sin el pueblo nada” y citada por López Obrador en múltiples discursos, bien podría refrasearse para decir que, en la 4T, con el Ejército todo, sin la Marina nada. 9 Ver: https://lopezobrador.org.mx/2020/12/01/discurso-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-informe-2-ano-de-gobierno-2018-2020/

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