La 4T bajo la lupa

— 114 — presidencia, con sublevaciones indígenas y con una descomposición social general. En 1994 resulta ganador Ernesto Zedillo, candidato sustituto del candidato oficial asesinado (Luis Donaldo Colosio). Inicia su gobierno con una crisis económica profunda, se devalúa la moneda, se fugan capitales, se rescata y extranjeriza a la banca con el Fobaproa.66 Es el primer gobierno priista en entregar el poder a otro partido. Su política social busca diferenciarse de la de su antecesor cambiando la lógica de funcionamiento de un programa territorial a uno focalizado en las personas pobres, se denomina Progresa (Programa de Educación Salud yAlimentación), y se convierte en la base de los sucesivos programas sociales hasta el 2018 (Yaschine, 2019). Vicente Fox es el primer presidente no proveniente del PRI desde su creación en 1929 e inaugura el nuevo siglo mexicano. A pesar de ser el primer gobierno no priista se convierte en un gobierno de continuidad política y económica, y no es de extrañar que su política social se mantenga apegada al Progresa que es renombrado a Programa de Desarrollo Humano Oportunidades (Oportunidades). Se mantiene el programa y el mismo nombre durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Este último llega al poder en medio de acusaciones de fraude, inicia la llamada “guerra contra el narco” y la militarización del país. En una elección con menos señalamientos llega Enrique Peña Nieto reinstaurando la presencia priista en la política mexicana, un gobierno que logra someter a la oposición tanto de derecha como de izquierda en el Pacto por México, que impulsa una nueva oleada de reformas estructurales que fortalecen la privatización del país, abriendo las áreas estratégicas a la inversión privada, nacional y extranjera. A mediados del sexenio cae en una serie de escándalos que hacen evidente la enorme corrupción que imperaba en el país y que se había venido fortaleciendo desde el gobierno de Salinas de Gortari, incluyendo a los dos gobiernos panistas. Este gobierno también mantuvo la política social, pero la llamó Programa de Inclusión Social (Prospera) junto con la llamada Cruzada Nacional contra el Hambre (Yaschine, 2019), que para mediados del sexenio fue discretamente abandonada. Los programas aglutinados en Progresa-Oportunidades-Prospera en realidad representan uno solo que se amplió y se fue adecuando a lo largo de cuatro sexenios —veinte años— (Ortega, 2019). La lógica del programa, entender la pobreza como problema de los pobres, diseñar una estrategia de incremento del capital humano, focalizar los programas sociales convirtiéndolos en programa para pobres y condicionar los apoyos, se mantuvo a lo largo de toda su existencia (Calderón, 2016). La pobreza, entre 1996 y el 2018, según los datos reportados por el Coneval y por Evalúa CDMX, se mantuvo básicamente igual, oscilando al alza en los momentos de crisis y a la baja en momentos de estabilidad y relativo crecimiento. A pesar de que ambas instituciones usan distintos métodos y reportan niveles de pobreza diferentes, las tendencias fueron similares. Otro elemento que ambas mediciones identifican es la disminución de la intensidad de la pobreza. Se mantiene el porcentaje de pobres, pero disminuye la pobreza extrema en ambas mediciones (Coneval 2019, Evalúa 2019). 66 Fondo Bancario de Protección al Ahorro.

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