Talento IBERO 2021

56 cachetadas, y puedo jurar, con la más desnuda de las humildades, que en su oprobio nunca moví un dedo, es más, yo creo que le parecía atractivo y por eso me agarraba a bofetadas. Al acordarme de estos tiernos años, no puedo evitar traer a mí una frase leída con los ojos nublados de infancia; la saqué de un libro de texto de primaria, en una página entre las páginas, rezaba: “A long time ago, when we were young and the sky was blue”. Tanto me cautivó que hasta el día de hoy viene a mí puntualmente. ¿Qué función tiene aquí el adjetivo “azul” ?, ¿es la tristeza del mundo reflejada en el cielo?, ¿o es el cielo abierto de la inocente esperanza, que presiente, tal vez sin saberlo, las nubes de la desilusión? Su sentido triste y melancólico es una adición de los últimos años; quizá quiere decir que hace tiempo, el mundo era feliz y ahora, sombrío, o que siempre fue sombrío. Incluso puede darse el caso de, por tratarse de un libro de texto, sea una frase que no requiere de mucho quehacer hermenéutico. Desvarío. Quizá ya no quiero seguir con mi relato y mi deseo es que dejes el cuento inconcluso. Ya te hablé del clip, y de la insoportable culpa que dejaron caer sobre mis hombros, insoportable por no ser propia, sino impuesta. Soy de la convicción de que uno debe crear sus propias culpas, eso forma el carácter. Así se pinta en este lienzo llamado vida. Por necesidad me mantuve alejado (y aquí constato mi repudio a lo colectivo) de la turba del salón. En esas andaba cuando caí en simpatía, para mi desgracia, de otro compañero tan olvidado como yo. Me invitó a su fiesta de cumpleaños, a la cual llegué sin regalo; luego me arrepentiría, pues aquél mocoso se adjudicó el derecho de tomar de entre mis cosas, un juguetito salido de un chocolate kínder que luego usaría para atormentarme el resto de la primaria, amenazándome con su desaparición. Su amenaza me tuvo contra las cuerdas hasta

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