DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 47 La Comisión, en el año 2020, en el octavo informe, alertó al gobierno sobre tomar medidas estructurales al respecto. No se puede cambiar esta situación sin presupuesto adecuado o sin una planeación. De nada sirve que se instalen lavamanos si no hay agua. Pero lo más complejo de esto es que esta situación quedó hermética. Nosotros nunca supimos cuáles fueron las medidas que adoptaron dentro de las cárceles. Los informes del Gobierno dicen que se tomaron todas las medidas de bioseguridad, entiéndase que los dotaron una sola vez de cubrebocas y guantes. Pero cuando se pone a analizar las cifras, se da cuenta que esto no es suficiente y que no alcanza a cubrir a toda la población penitenciaria. En la cárcel de Villavicencio hubo un contagio masivo de COVID-19 y las personas privadas de libertad, al no tener atención médica, empezaron a tomar moringa, esta planta amazónica, como remedio para los síntomas. Cuando hicimos un seguimiento de reportajes periodísticos sobre la situación de las cárceles en la pandemia encontramos que las personas empezaron a tomar la moringa en todos los establecimientos donde hubo contagios, sin tener una atención médica. Acá, más ausencia del Gobierno no se podía reflejar. Esto hay que unirlo también con un decreto expedido por el Gobierno sobre el hacinamiento de las cárceles en el contexto de pandemia. En él se aceptaban las medidas alternativas, como la prisión domiciliaria, como mecanismos para despresurizar las cárceles. Pero en ese decreto se exceptuaron más de cien delitos, entonces, al final, la población beneficiada por este decreto fue de como 43 personas. ¿Qué impacto puede tener ese decreto? Más gente salió de prisión porque los jueces empezaron a revisar casos y se dieron cuenta que había muchas personas que ya habían cumplido su pena y no habían salido todavía de la cárcel, o que ya se habían cumplido los plazos procesales para llevarlos a la audiencia de imputación de cargos, y entonces ya se había cumplido el término de la prisión preventiva. Por el solo cumplimiento de la ley salieron más privados de la libertad que por este dichoso decreto que, lo que se supone, iba a disminuir el riesgo de contagio. Tadeo Luna: En México tenemos una situación de simulación muy similar con la Ley de Amnistía, centrada exclusivamente en delitos federales, se anunció como la panacea hace un año y desde entonces no están claros los mecanismos para acceder a ella. Marcela Olarte: Lo peor en este caso fue que no solamente la Comisión presionó al gobierno respecto a la ineficiencia del decreto, sino que fueron muchas voces que alertaban que el decreto no serviría de nada. El decreto no cumplió con el objetivo que se planteó de mitigar el riesgo de contagio en las cárceles por el tema del COVID-19. Estas simulaciones, al final, lo que hacen es reafirmar las violaciones de derechos a la población privada de libertad, especialmente de los grupos en mayor situación de vulnerabilidad: mujeres embarazadas, adultos mayores, que no podían acceder a este beneficio.
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