Derechos Humanos / Anuario 2020

46 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 general, con la sociedad. Pero encontramos que, muchas veces, las visitas no se hacían, que los espacios no son propicios para recibir a la familia. Por ejemplo, en una cárcel donde hay un hacinamiento de más del 100 %, una visita de los hijos se vuelve prácticamente imposible por el estado de las instalaciones. Esto lleva a que las familias dejen de visitar a los internos porque prácticamente, de acuerdo con sus testimonios, ni siquiera tienen a dónde ir al baño. Te podrás imaginar ahora con el tema de la pandemia, se prohibieron las visitas familiares. Ahora ya se les permite hacer contactos telefónicos, pero inicialmente eso era prácticamente imposible y duraron mucho tiempo sin tener contacto con las familias. Esta falta de comunicación con las familias llegó a generar mucho agobio. El segundo pilar que se identificó en el informe fue sobre el hacinamiento y la infraestructura de los establecimientos penitenciarios. En general, a nivel Latinoamérica, un problema común y que resalta es el hacinamiento. Donde no hay las suficientes camas o lechos para que puedan dormir. En infraestructura, por ejemplo, la situación de los baños es muy compleja. Hay una normatividad (las Reglas Mandela) que exige los lineamientos mínimos que deben cumplir los establecimientos penitenciarios, y frente al tema de la infraestructura vemos que esto no se está cumpliendo realmente, que las personas privadas de libertad viven en condiciones indignas. Por ejemplo, en Barrancabermeja, una ciudad donde las temperaturas pueden llegar a los 40°C, hay dos o tres duchas para 220 personas. No tienen dónde refrescarse porque no tienen esta infraestructura dispuesta. En cambio, en la reclusión de mujeres, en Bogotá, encontramos que, a pesar de que existe la infraestructura, ésta no funciona. En este caso había cuatro baños funcionales para 500 internas. Tadeo Luna: Este déficit de infraestructura sanitaria impacta especialmente en el contexto de pandemia, el hacinamiento y la falta de agua corriente impide cumplir las mínimas recomendaciones de distanciamiento y lavado de manos. Marcela Olarte: De hecho, la Comisión, en el octavo informe, que coincidió con el surgimiento de la pandemia y las recomendaciones de la OMS, hizo un llamado para proveer las condiciones mínimas, como son el uso de jabón y el lavado de manos. El tema de infraestructura va de la mano con el de servicios públicos, entonces vemos que, por ejemplo, en la cárcel de Barrancabermeja, donde hay temperaturas muy altas, el agua se provee únicamente dos horas al día. Y vemos que, a veces, los servicios públicos, como el agua, se suministran con carros tanque, no hay acueducto propio. Esto ha tenido graves consecuencias, la pésima calidad del agua ha dado lugar a intoxicaciones o afectaciones en la piel. Las mujeres del centro penitenciario de Bogotá nos contaban que el agua llega tan pesada que la piel se les llena de hongos, no solamente por el agua, sino también por la humedad que existe al interior de los establecimientos.

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