Rúbricas 8

26 Primavera 2015 que evidencia claramente la entrada en crisis de todos los pilares de la civilización occidental, incluidos los de carácter ético y político. Para estos autores, el actual modelo económico globalizador es contrario a todo lo que posibilita una buena vida, ya que las prácticas cotidianas en las que basa su éxito atentan contra las dos únicas fuentes reales de riqueza que existen: la naturaleza y el trabajo humano. En este capitalismo neoextractivista, especulativo –que es el realmente existente– prevalece el saqueo de los recursos de los que depende la vida de miles de seres humanos. Así, la economía amparada por el poder del Estado ejerce violencia sobre la naturaleza y las personas: con la desposesión de bienes de uso común destruyen la base material de las estructuras sociales y comunitarias. La vuelta al extractivismo como fuente de acumulación primaria de riqueza se relaciona con la excesiva demanda de combustibles fósiles y de todo tipo de materias primas para sostener una economía que depende del sobreconsumo, el desperdicio y el rápido descarte de las mercancías para crecer. De esta manera, los bienes comunes naturales ingresan al mercado en una lógica acelerada de apropiación/expansión del capital y generación de excedentes y ganancias, donde no interesan los costos ambientales y sociales. Como señala Gustavo Castro (2014), el extractivismo incluye, además de mano de obra barata: el agua, minerales, hidrocarburos, madera, parques eólicos para extraer energía, material genético, megaproyectos de monocultivos y plantaciones –como las de soya, maíz transgénico y palma africana– que extraen grandes cantidades de agua y minerales del suelo. La extracción tiene como destino los grandes centros de capital. En vez de riqueza y bienestar para las poblaciones locales, genera economías de enclave, donde sólo se extraen recursos y se transfieren bienes sin crear cadenas productivas ni empleos dignos, y sí, en cambio, dejando una enorme degradación ambiental. El epítome de esta tendencia es el modelo extractivo minero, pero también la industria de generación de energía. En el marco de los tlcs y de los lineamientos del Banco Mundial, el gobierno mexicano está poniendo a la venta los recursos energéticos y minerales del país, y está haciendo las reformas que den garantías jurídicas a las empresas transnacionales que harán las explotaciones. Estas garantías representan apropiación segura del territorio y de todos sus recursos, no sólo del mineral sino del agua, la tierra, etc., así como el control/disposición/ de la infraestructura de los territorios aledaños para realizar los lixiviados y disponer los desechos. Dado que la Organización Mundial de Comercio impone sanciones si los países detienen una concesión extractiva, las empresas tienen derecho1 a demandar a los 1 Existe controversia a nivel internacional sobre la iniciativa promovida por las corporaciones para que se les reconozcan derechos equivalentes a los derechos humanos. En contraste, es sabido que los países no pueden demandar al bm por los daños causados por megaproyectos impulsados y financiados por éste, como las grandes represas. gobiernos y ser resarcidas por sus “pérdidas”. La reforma energética está destinada a facilitar todo esto brindando facilidades y seguridad jurídica a las inversiones de capital privado, incluyendo el tema central de la tenencia de la tierra.2 Los representantes de diversas organizaciones campesinas3 hicieron llegar sus observaciones y propuestas sobre la reforma energética a legisladores y funcionarios sin lograr que fueran tomadas en cuenta. De acuerdo a estos líderes sociales, ésta y las otras diez reformas estructurales aprobadas desde el inicio del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto carecen de legitimidad; en principio, porque se hicieron sin consultar a la ciudadanía, y los derechos sociales y ambientales no fueron considerados, pues el criterio que prevaleció fue la ganancia económica. Indican que la reforma energética representa un atentado contra la propiedad social de la tierra por ejidos y comunidades, siendo que estos núcleos agrarios son los principales guardianes de la riqueza natural de este país. Como ya ha sucedido antes con Pemex, temen que la intensificación de las obras de exploración petrolera dividirá no sólo al territorio, sino a la gente de las comunidades. En efecto, existen numerosos ejemplos de lo anterior en el contexto de las explotaciones mineras y los campos de energía eólica, donde algunos comuneros y ejidatarios se ven tentados por los hipotéticos beneficios de las contraprestaciones que les ofrecen las compañías, y entran en conflicto con el grueso de la comunidad si ésta inicia un movimiento de resistencia y oposición a los megaproyectos. La experiencia reciente muestra que esta dinámica rompe con la cultura de unidad y ayuda mutua de los ejidos y comunidades. El discurso capitalista/empresarial, del que hace eco el gobierno, “vende” la idea de progreso y modernidad junto a la imposición del extractivismo, y hace difícil a las comunidades rurales resistirse a ella. Sobre todo porque la imposición se efectúa mediante un complejo entretejido de relaciones de poder político y económico, que se va creando de arriba hacia abajo, hasta permear y controlar los hilos de las relaciones locales, tanto a través de las estructuras jerárquicas de gobierno, como de las redes informales de parentesco, compadrazgo, asociación productiva, etcétera (Castro, ibíd). Otros factores comunes en los megaproyectos extractivos, e inherentes al desarrollo modernizador son el racismo y la discriminación contra los pueblos indígenas (Bonfil, 1981; Díaz, 2001; Povinelli, 2001; Krotz, 2009, 2013) y la criminalización de quienes se oponen al despojo y a la depredación de sus territorios. La presencia de la Secretaría de Gobernación federal, y de las secretarías de gobierno a 2 Como ejemplo, ver capítulo 11 del tlcan. 3 Me refiero particularmente a la Coordinadora de Organizaciones Campesinas y Pesqueras (cocyp) y a la Coordinadora Nacional de Organizaciones Populares Línea de Masas, y a las opiniones vertidas por sus líderes en entrevista con Luis Hernández Navarro, 31/07/2014.

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