Rúbricas 16

40 Sentir la vastedad de un mundo herido Para poder hacer una reflexión final, es necesario realizar un breve repaso de lo que llevamos escrito. Nosotros, los humanos, nos encontramos en apertura al mundo real-virtual y nos vemos obligados a percibir su acontecimiento. Con base en esto, describimos, de forma sucinta, dos modos diferentes que tenemos al momento de capturar nuestro mundo: la primera descripción fue el modo de captación a través de nuestro cuerpo y el encuentro con el mundo de la vida; la segunda, es un modo de captación que está mediado por la tecnología. Esta última descripción nos permite una distancia afectiva y hace que me sienta menos capturado por el devenir del mundo. Al momento de percatarme que puedo, de alguna manera, manipular mi encuentro con el acaecer del mundo, me siento empoderado de mis afectos y dejo que entre el ajetreo que provoca el mundo a mi antojo. Esta manera de captación que tengo a través de dispositivos electrónicos es un posicionamiento que fomenta nuestra autonomía en relación con el mundo. Sin embargo, es un engaño al sentir que podemos gobernar nuestros afectos ante el encuentro con el mundo. El peligro en el que nos encontramos, al momento de captar el mundo, a través de los dispositivos electrónicos, es reducir nuestra vida a sus categorías. La lógica tecnológica es una derivación del pensamiento cartesiano, al que ha tratado de someter nuestra vida a un mecanismo de relojería. Nuestra vida está dirigida al cultivo de una simulación de experiencia que nos programa la red digital. En este sentido, para poder fortalecer nuestras reflexiones y dilucidar horizontes plausibles para humanizarnos, necesitamos del encuentro con la vida, dejando a un lado, el medio de captación técnico, que nos brinda seguridad ante aquello que está aconteciendo. Se requiere dejarnos impactar por el mundo, sentir su vastedad, que nos desgarre corporalmente, y dejarnos conducir por su tiranía. Solamente así podemos desarrollar nuestra creatividad y pensarnos de diferente manera. Es de suma importancia plantear nuestra vida de forma distinta, dejando el consuelo que nos regala la seguridad del medio de captación tecnológico digital. Es cierto que hoy han aumentado las expresiones críticas enmedios digitales, cada día hay más gente que realiza juicios desde dispositivos electrónicos ante el rumbo de las cosas en el presente. Pero no es menos cierto que tales expresiones son fugaces. Las críticas efímeras son aquellas que están construidas desde un escritorio acogiendo cifras, datos e información, sin darles cabida al encuentrodirectode las realidades crudas que estamos viviendo. En estos tiempos tecnológicos existe una dificultad para escuchar la realidad que estamos viviendo. Nos encontramos aturdidos con la cantidad de información que nos invade a cada momento. Nos espanta tocar las heridas de nuestro mundo. Antes de que la situación toque nuestra vida queremos responder y proponer soluciones como mecanismo de defensa. Pero, en el fondo, no estamos preparados para tocar las heridas y atender lo más frágil que hay en nuestro mundo, no estamos dispuestos a trabajar en colectividad por un mundo más humano. Los humanos, nos encontramos en apertura al mundo real-virtual y nos vemos obligados a percibir su acontecimiento a través de nuestro cuerpo o por medio de la tecnología Fotografía: Pexels

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