Rúbricas 16

34 de forjarnos como un proyecto abierto han sido paulatinamente clausurados. Nuestras acciones están coaccionadas por la razón instrumental. Esta razón es la que autoriza el crédito o el descrédito de nuestras acciones. Se acredita la eficacia, la transparencia, la certeza y la perfección. Y se desacredita la fricción, la opacidad, la ambigüedad y la imperfección. Pero, lo que desacredita esta lógica tecnocientífica es lo que potencializa nuestra libertad humana, esa libertad que se forja en el error, en la ambigüedad y en la incertidumbre. Estos elementos que son sustanciales para poder concebir nuestro horizonte, los hemos cambiado por la búsqueda de la perfección tecnológica. Nos hemos conformado por simular una vida basada en las certezas. Esta simulación procede como si la vida de todos nosotros pudiera ser organizada y administrada por los parámetros basados en los hechos objetivos. Este orden, que ha potencializado el positivismo, trasmite unmodo de estar en la vida, que se elabora en el inconsciente colectivo, y nos han hecho creer que somos sujetos calculables. Al momento de aplicar lo tecnológico, de cierta manera, nos vemos obligados a tomar postura. Muchas de las veces, en el ámbito tecnológico digital, se forjan dispositivos electrónicos de control y autovigilancia. ¿A quiénes vigila?, ¿qué quiere controlar? Hay que decirlo sin titubeos, en la mayoría de los casos, estos dispositivos se diseñan, se producen y se articulan en un orden social, al que fortalecen. Este orden está controlado, seleccionado y redistribuido, tal como lo señaló Michel Foucault (2019), por una producción del discurso que la sociedad impone cierto modo de vida y excluye otros. Así, ese discurso impone una normatividad y selecciona qué es lo correcto e incorrecto de nuestras acciones. Este discurso construye cierto tipo de sujetos. Nos vanmoldeando desde la eficacia, lo exacto, lo cabal, lo íntegro, la nitidez y la seguridad. Pero pretenden eclipsar la fricción, la opacidad, la ambigüedad, la imperfección, la incertidumbre, lo perplejo, el titubeo, lo inexacto, lo tentativo y lo indeciso. El mayor conflicto que pudiéramos tener al pensar que la tecnología digital es fuente óptima para acercarnos a la verdad, es el sentirnos encandilados por sus luces, pensando que es el único camino para realizar nuestra humanidad. El sistema tecnológico nos ha encandilado porque nos facilita la vida, va creando un sistema sofisticado donde nos ofrece una vida cómoda, nos pinta unmundo que brinda soluciones simples y rápidas como el más alto valor del mercado. Muchos discursos actuales dicen que la tecnología va transformando el mundo donde habitamos y, además, recrea a la naturaleza. Lo que no hay que negar es que nos ofrece información de manera impresionante, esto jamás lo habíamos visto en la historia de la humanidad. Sin embargo, la tecnología es una prótesis que nos han impuesto y se ha convertido indispensable para poder vivir, es más, nos sentimos inferiores ante las creaciones tecnológicas. Nos avergonzamos de nuestras imperfecciones al someternos al parámetro valioso que ofrece la tecnología digital para nuestra vida: la eficacia. Desde este parámetro, la lógica tecnológica ha sido una derivación del pensamiento cartesiano y ha tratado de someter nuestra vida a un mecanismo de relojería. Se nos ha hecho creer que nuestra mente es un gran ordenador y nuestras acciones pueden ser previstas a partir del análisis y el estudio de los datos que arrojan los hechos positivos. En pocas palabras, se nos ha hecho creer que somos un algoritmo, que somos algo computacional. Esta creencia es performativa, es decir, al anunciarse se realiza la acción que significa o, dicho de otra manera, al decir nuestra creencia nos convierte en aquello que creemos. Nos situamos ante el mundo como si nosotros mismos nos comprendiéramos a partir de recursos tecnológicos. Miramos nuestra existencia entendiendo nuestras acciones como si fueran una serie de operacionesmecánicas, reguladas y determinadas. En este sentido pensamos que, cuando dispongamos de los suficientes datos y tengamos la capacidad de gestionarlos, nuestra realización humana llegará al clímax. Ante esto, hay que reconocer que nuestra perspectiva no puede abarcar una realidad absoluta. No

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