Rúbricas 12

Rúbricas XII Literatura y Filosofía y su relación con otras disciplinas 55 poetas comparan a los filósofos con perros acostumbrados a ladrar en balde” (Platón, XII 967b). La mayoría de los trabajos sobre la poesía publicados hasta la fecha por Ramón Xirau, han sido agrupados en un solo volumen por el Fondo de Cultura Económica bajo el nombre Entre la poesía y el conocimiento (2001). Cuando Xirau intenta un acercamiento directo a la dilucidación de la poesía sin la intermediación del poema o del poeta, éste se lleva a cabo en términos metafísicos. Este carácter con el que se relaciona a la poesía se da sobre todo en el texto Lezama Lima o de la fe poética, en donde el filósofo y poeta catalán, siguiendo al escritor cubano, utilizan términos tales como “Irradiación”, la cual es entendida del siguiente modo: Al rotar la sustancia inexistente como posible, la poesía es siempre el resurgimiento del verbo. El poeta es el primero que intuye la cobarde cercanía de la síntesis, que hay que abandonarse al nuevo crepúsculo de irradiaciones (Lezama, 1981: 303) O bien el término “Uno”, que el escritor cubano define de la siguiente manera: En la huida, que es un penetrar, un ahondar en lo desconocido, que es el más espléndido relieve de la unanimidad, se encarna la metáfora del Uno Monarca y se funda la imagen de la diversidad del siervo (301). Así como Platón no pudo llegar en el Parménides a una definición de la Unidad, es posible seguir pensando en la condición misteriosa de la poesía como discontinuidad aparente o un tipo de enlace difícil de las imágenes, como continuidad de las esencias y también de los signos. Y es que: “¿La poesía tiene que ser discontinuidad o ente? ¿Es lo más valioso de ella el momento en que se verifica su ruptura? ¿Es posible una adaptación al no ser y después constituirse ente?” (Lezama, 214). Para explicar la poesía, algunos autores, como Xirau, han utilizado términos de esta índole al considerar que su esencia resulta en sí un misterio, una finalidad inaccesible y que sólo es posible intuirla de este modo, en los mismos términos en los que lo hacemos con las categorías ya mencionadas. Quizá por lo anterior, para entender la poesía, Xirau recurre también a la definición de términos cercanos a ella, pero de índole más cuantitativa, como es el caso del poema, al cual define como “punto de confluencia entre el autor y sus lectores, el poema es un proceso que recreamos en nuestra intimidad” (Xirau, 2001: 558). Se trata de un vehículo para acercarnos al otro, al invisible autor, más allá de la hoja en la cual leemos, es algo concreto, puente, constituye un lazo tendido hacia otra persona, “una forma de comunidad. Aceptemos que esta forma dinámica, creadora y re-creadora de la realidad, es la significación viva del poema” (Xirau, 2001: 558). La poesía, entendida de este modo, es punto intermedio a través del cual se trata de ejemplificar aquello que está más allá de lo sensible e inteligible. Las relaciones de creación y re-creación surgen como posibilidad desde el momento en el que se constituye el poema, se abre un abanico indeterminado de relaciones que pueden darse entre poeta y lector. Por ello, para entender la postura de Xirau resulta de vital importancia entender el planteamiento en torno al poema, el cual: […] nos remite, sin duda, al estado de espíritu de quien lo ha escrito. Nos remite también, y muy primordialmente, a nosotros mismos. En este sentido, el poema es, primero, acto de centración. Así, centrado en mí, el poema puede crecer con lo que mi lectura del poema añade al poema mismo. En segundo lugar, el poema es descentración, puesto que al concentrarse en mí mismo me remite no sólo a la conciencia de quien lo escribió, sino a la conciencia de todos los demás que lo han podido leer o escuchar. El “yo” que escribe el poema se acrecienta con el aporte del “tú” que lo lee, del “nosotros” que, al leerlo, no sólo lo repetimos, sino que lo recreamos. Espejo de nuestra íntima conciencia, el poema es también cristal hacia la conciencia de los demás (Xirau, 2001: 558). Discontinuidad o ente Así como Platón no pudo llegar en el Parménides a una definición de la Unidad, es posible seguir pensando en la condición misteriosa de la poesía como discontinuidad aparente o un tipo de enlace difícil de las imágenes, como continuidad de las esencias y también de los signos. Y es que: “¿La poesía tiene que ser discontinuidad o ente?...

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