Rúbricas 12

Rúbricas XII Literatura y Filosofía y su relación con otras disciplinas 25 Ars memoriae La mnemotecnia es un conjunto de técnicas de memorización y rememoración basada en la asociación mental de la información a memorizar con datos que ya sean parte de la memoria o de la práctica cotidiana. Esta técnica aprovecha la capacidad natural que tiene el cerebro para recordar imágenes y para prestarle más atención a los sucesos poco comunes o extraordinarios. Sin embargo, a veces, por la represión en lo inconsciente típica en lapsus memoriae, se produce un olvido de palabras que hasta pueden ser palabras muy frecuentes y comunes. El conjunto sintomático de tales olvidos de palabras fue denominado letológica por Carl Gustav Jung. de la lírica se esbozaban en sus pensadores, líderes intelectuales por los cuales se conglomeraron ideologías y un naciente cuestionamiento sobre la relación del hombre, la naturaleza y el conocimiento. Al parecer, la única manera que encontraron las civilizaciones helénicas de demostrar este conocimiento fue mediante la conciencia de su lenguaje que, por cierto, se dedicaba a la creación de las imágenes de dichos pensamientos. Frances A. Yates, en boca de Cicerón cuando defendió a la Retórica, coloca a la palabra como resguardo del discurso de la historia, de la transición que supone el choque de culturas, al menos de la Antigüedad a la Modernidad; la palabra contendrá una “memoria artificial [que] está fundada en lugares e imágenes" 5 –constat igitur artificiosa memoria ex locis et imaginibus–, de función fundamental que se ha de repetir siempre en las diferentes épocas. Sin embargo, para el mundo romano el poderío que contiene esta capacidad testimonial no puede entenderse de otra manera como no sea en la oratoria, y de ahí que Yates nos explique, en El Arte de la Memoria, la dualidad ecfrástica entre la concepción lingüïstica y su transformación plástica: Cicerón ha realizado evidentemente entrenamientos para la memoria de palabras, y en ellos las imágenes de palabras se desplazan, cambian sus casos, reducen una oración entera a una sola imagen de palabra, visualizándolo todo internamente de una manera extraordinaria, como si se tratase del arte de un pintor consumado.6 De esta manera, la creación de conocimiento ligada a la creación de imágenes se ilustra en una analogía constante entre lo pictórico y lo oratorio, primeros esbozos de lo literario. La Retórica a la par de la Poética, volteaban a ver el tema de la ficción como parte sustancial de una cultura donde el relato oral presentaba las características del mito y leyenda encarnados en palabras, en imágenes. 5 Ídem. 6 Ibíd.: 37. En la época transitiva del Renacimiento, el ars poética comienza a tornarse multifacético. El relato escrito ya había adquirido menos popularidad, pues se controlaba mediante la institución autoritaria que lo desacreditaba como paganismo y estaba reservado a los ojos contemplativos del monje enclaustrado. La cultura visual, por otra parte, comienza a evolucionar a tal grado que se vuelve herramienta para el imperio del cristianismo y su dogma civilizatorio. El despectivo término de Edad Media adquiere una buena dote de características que pudieron establecerse del siglo V al XV. Las poéticas y las expresiones plásticas consiguieron un derecho exclusivo para quienes sabían interpretar la gran épica del momento: la Biblia. El sincretismo entre el apremio visual que estaban confiriendo grandes obras hipertextuales que se valieron de la palabra y su respectiva ilustración, como la Divina Comedia, hará que comience el dilema de la diferenciación entre el arte plástico y el que a la postre se volvería el literario, lo cual concierne al apartado que dedicaremos a la llamada écfrasis. Para el hombre de la Modernidad, no sólo se arma el concepto propiamente de literatura y pintura, sino que se consolida la investigación formal de la cuestión del gusto y las afinidades hacia las manifestaciones culturales. Si en la Antigüedad se hablaba de poética para referirse al fenómeno literario y al fenómeno de lo pictórico, a partir del ensayista alemán Alexander Gottlieb Baumgarten, comenzarán a consolidarse las definiciones de las artes, en un periodo de reconocimiento por la expresión donde los autores y la teoría bullen, entre 1750 y 1758. De la Aesthetica de Baumgarten, efectivamente, se desprende una rama de la filosofía que se ocupará en adelante del fenómeno sensible de la expresión humana. El conocimiento obtenido de la relación entre la palabra y la imagen incursionará en los más altos niveles intelectuales, a partir de ese momento y hasta el siglo XXI. Además, será dado por hecho que la realidad pretende manifestarse mediante su análisis del conocimiento y la representación de éste a través de un lenguaje atravesado des-

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