Pasos 1

7 e n b ú s q u d a... ¿Cómo caracteriza el alumno de la Ibero a sus “malos” profesores? Mauricio López Figueroa* A partir del ciclo primavera de 2008, la Dirección General Académica, a través de la Coor- dinación de Evaluación Académica, inició un programa de evaluación de los programas de licenciatura bajo un enfoque cualitativo. Lo anterior con los objetivos de enriquecer los proce- sos de evaluación de la docencia, y de favorecer procesos de reflexión, aprendizaje y mejora, considerando la experiencia y percepción de los involucrados en los programas (profesores de tiempo y asignatura, alumnos y coordinadores). Este texto, continuación del publicado en el número anterior de Pasos , es una síntesis de los rasgos que con mayor frecuencia los estudiantes de cinco licenciaturas emplean para carac- terizar a sus “malos” profesores con base en su experiencia en nuestras aulas. Es importante subrayar que estos rasgos se registraron en grupos focales. Es interesante observar las con- vergencias sobre lo que las y los estudiantes rechazan de un docente. Falta planeación, el curso es “un desorden”, no parece tener dominio del tema y cons- tantemente improvisa. Carece de hilo conductor. Muchos profesores no tienen sus clases bien preparadas “porque no se les supervisa y porque tienen muchos cursos en otras universidades”. Al final no queda muy claro lo que se tenía que aprender, se termina “en blanco”. Pone a leer copias en las clases o proyecta películas que después no integra al curso. Falta contextualización de los cursos en el ámbito profesional. Hay un uso excesivo del Power Point, tanto en la frecuencia como en la cantidad de información, mucha de ella es copiada de internet. No pone ejemplos o no los relaciona con casos: “se aprende lo mismo en internet”. Explicaciones tediosas, sus clases son un monólogo. No profundiza e integra las cla- ses “en algo”. Poca atención al estudiante. No motiva o promueve el interés. No lo involucra. Se muestra desmotivado y con una didáctica pobre. No hay una metodología de en- señanza. No tiene autoridad, liderazgo o presencia ante el grupo. Es prepotente, descalifica, tiene prejuicios en nuestra contra o hacia nuestra profe- sión. Nos hace sentir tontos e incompetentes. No revisa ni retroalimenta los trabajos y no explica el sentido de lo que encarga. Bajos o nulos criterios de calidad para la evaluación del desempeño durante el curso y de los trabajos (“da igual lo que entregues”). Al no tener criterios de evaluación, te califica de acuerdo a “cómo le caes”. Impuntuales. Faltan y no avisan. Incumplidos. No se ajusta al tiempo de clase. Mantiene una posición cerrada en su corriente teórica. Discriminan otras ciencias que no sean la suya. Muchos profesores no tiene experiencia laboral o docente. Estos rasgos concentran los señalamientos más frecuentes que los estudiantes hacen con respecto a lo que califican como mala docencia desde su experiencia. Como se puede apre- ciar, algunos de estos rasgos incluyen ciertos comentarios para ilustrar lo que los alumnos perciben. Es importante subrayar, sin embargo, que este análisis no describe en lo absoluto la situación de los profesores de la Universidad (o de las carreras participantes), no es gene- ralizable ni a todos los profesores ni a todas las sesiones de sus cursos; aunque sí ilustra qué es lo que los estudiantes en general rechazan o perciben como “mala práctica”, por ejemplo, el uso abusivo de las presentaciones de Power Point, pues en los grupos focales donde se profundizó en el diálogo, frecuentemente las criticaban como que éste fuera el único recurso que muchos profesores tienen para enseñar. Otro rasgo que aparece en los comentarios es la falta de criterios de evaluación que verdaderamente sirvan para reflexionar y juzgar la ex- periencia de aprendizaje del curso, así como la falta de retroalimentación a lo que se hace y sobre el sentido de lo que se hace en el marco de la formación profesional. Los rasgos anteriores pueden ser útiles en la medida en que ayuden a fijar la atención de los responsables de programas en la supervisión docente y en la generación de estrategias de apoyo al desarrollo de los profesores. La docencia es un proceso de aprendizaje que, además de ser supervisado y retroalimentado en las evaluaciones, debe ser apoyado para su mejora bajo un proyecto concreto. *Profesor de tiempo de la Coordinación de Evaluación Académica. mauricio.lopez@iberopuebla.edu.mx

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