La 4T bajo la lupa

— 67 — en el país. Además, verificando el nivel de reto que esto significa (en tanto tal movilización se da en un entorno en el que aún predomina una cultura machista), nos queda claro que ellas han tejido fuertes lazos de identidad y confianza que les sustenta en el encaramiento con la cultura hegemónica. Ahora bien, la densidad de socialización que exige el affidamento, podemos deducir por lo antes resaltado, no se crea en cosa de pocos meses, así como tampoco es inmediato el paso del relacionamiento cotidiano a la conformación de agendas críticas y su posterior tránsito al plano público-político. Dicho esto, consideramos que para comprender las formas de actuación de este ciclo de movilización feminista en México y la relación que el movimiento ha establecido con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador entre diciembre del 2018 y finales del 2021, tendremos entonces que explorar en un primer momento cómo se han creado tales redes entre mujeres, cuáles han sido las bases para su cercanía; esto es, con qué insumos, aspiraciones y frustraciones se han alimentado tales contactos creadores de identidad movilizadora. Entenderemos por esta vía, que desarrollaremos en el primer apartado de este texto, el impacto generado en estos colectivos tanto por el pensamiento feminista predecesor como los aprendizajes sobre los débitos de transformación social con los que quedó la acción feminista emprendida en ciclos pasados. En un segundo apartado, y ya sobre esa base que nos permite reconocer la justificación del horizonte de sus reclamos, nos concentraremos en observar cuáles son las demandas que sostiene la movilización actual, sus fibras constitutivas y cómo las han expresado en el espacio público-político, denotando así el conflicto que mantiene con el modelo cultural y político prevalecientes en México. A partir de ello comprenderemos la interpelación que hace al gobierno de la Cuarta Transformación y, en un último apartado, mapearemos la respuesta de éste, entendiendo que la primera parte del periodo presidencial ha supuesto —en especial— poner las bases de la acción pública para responder a las exigencias de los colectivos de mujeres y feministas, es decir, planeación e inicios de implementación de políticas públicas que mostrarán sus alcances en rigor en los siguientes años. Hagamos pues este recorrido por la modelación de este ciclo de movilización feminista de elevada carga contracultural que no se sacia con respuestas estatales retóricas en aplicación de la perspectiva de género o de esas que estarían en segundo orden en el radar de lo urgente. La construcción de la acción política feminista en América Latina: entre avances, coaptaciones, aprendizajes y reformulaciones En el caso de América Latina nos encontramos con una construcción gradual de las colectividades feministas en sentido contracultural y de ese affidamento al que nos referíamos antes, ese que habilita la posibilidad de crear una agenda que interpele de manera más profunda y masiva a las instituciones gubernamentales y a las acciones que éstas han adelantado para garantizar la vida de ellas en condiciones de equidad. En efecto,

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