La 4T bajo la lupa

— 102 — Norte global. Así, mientras las ganancias se destinaran a paliar la pobreza y marginación desde el acceso a servicios e incremento en la posibilidad de consumo, los costos sociales, ambientales y culturales del modelo neoextractivo exportador63 se obviaban, en paralelo a la condena pública a la visión crítica expresada por sus otrora aliados: las fuerzas sociales que contribuyeron a llevar al poder a los líderes progresistas (Lander, 2014; Svampa, 2019). Las diferencias entre los extractivismos conservadores neoliberales y los extractivismos progresistas residen en el papel del Estado, el uso de los excedentes de la exportación de materias primas y el discurso político legitimador. No obstante, vale la pena mantenerse atento a la alerta que Gudynas (2009) y Svampa (2019) señalan sobre las prácticas, formas y estilos desde los cuales se impulsan: hiperconcentradores del poder en los presidentes para la toma de decisiones; la manifestación de autoritarismos; la dilución de mecanismos reales para la consulta y deliberación; el rechazo y negación de la oposición organizada y movilizada; la creación y promoción de organizaciones ciudadanas a favor de los megaproyectos y, evidentemente, la insistencia en que son las plataformas para detonar el crecimiento económico. Megaproyectos en México y la 4T El marco anterior es una invitación a la reflexión del actual gobierno liderado por Andrés Manuel López Obrador, originario de una región con una historia de extracción de recursos naturales, tanto para la producción agropecuaria como para la apertura intensiva de pozos petroleros. Heredero de un sistema político-económico con una visión del desarrollo con fuerte presencia del Estado y la industrialización como eje, pese al deterioro ambiental y social. Impulsor de resistencias civiles y grandes movilizaciones ante fraudes electorales y rescates bancarios, así como de acciones de gobierno con un importante presupuesto dirigido al desarrollo social y bienestar. Promotor como jefe de gobierno de la Ciudad de México, de la austeridad, rendición de cuentas, consultas públicas, el combate a la corrupción y la eliminación de privilegios, quien asumió la Presidencia de la República el 1 de diciembre de 2018, con el respaldo social obtenido del voto de más de 30 millones de personas. Con este bagaje no resulta extraño que en su Plan Nacional de Desarrollo 20192024, los componentes más importantes, además de doce principios morales funda63 Gudynas (2017: 31-32, 36) precisa que el extractivismo alude a una forma particular de aprovechamiento de los recursos naturales caracterizada por: estar destinada al menos en 50% a la exportación, alto volumen o intensidad de extracción de materia prima (directa e indirecta) sin procesar, tener un fuerte impacto territorial, social y ambiental (locales y efectos derrame). De igual manera precisa distintas generaciones: la primera y segunda generación se basan en mano de obra humana o equipamientos tecnológicos limitados (monocultivos); los de tercera requieren aportes de energía, agua y materiales enormes para extraer cierta cantidad de un recurso estratégico (minería, petróleo); la cuarta requiere aún mayores insumos (fracking). Asimismo, diferencia los extractivismos progresistas como neoextractivistas.

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