México vive uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Por un lado, enfrenta la hostilidad creciente del nuevo gobierno de Estados Unidos con consecuencias imprevisibles, por otro, nuestras élites políticas, carentes de ética pública y de respuestas firmes en defensa de nuestra soberanía, no han estado a la altura de las circunstancias. Ante este panorama, invitamos a la comunidad universitaria a distinguir en este momento una condición que nos obliga a repensar a México, desde la Campaña Universitaria 2017 “Construir puentes en tiempos de muros”.

 

Existe en nuestro país una evidente e impostergable necesidad de renovar, de manera integral, el modelo económico prevaleciente. Los resultados no avalan la lógica de crecimiento hacia afuera que se ha seguido desde hace 30 años, con la que se han beneficiado únicamente las empresas exportadoras y transnacionales, cuyas ganancias contrastan con la profundización de la desigualdad social y la persistencia de la pobreza. Tenemos un mercado interno deprimido: ser trabajador o trabajadora en México, es sinónimo de no tener condiciones de vida digna. Y a pesar de que se ha quintuplicado el número de las y los beneficiarios de programas sociales, la pobreza de 1992 a la fecha es persistente y no disminuye.

 

Se hace necesario un modelo de desarrollo que ponga el énfasis en el bienestar, enfocado a fortalecer y privilegiar el mercado interno, mejorar la productividad y competitividad de las pequeñas y medianas empresas, recuperar significativamente el poder adquisitivo de las y los trabajadores, generar empleos dignos, y cuidar el medio ambiente.  Al mismo tiempo que resulta imperioso reforzar una postura de condena y desaprobación por las políticas que lastiman a la población migrante y violan sus derechos humanos, es importante exigir y velar que se respete a todas las personas que migran cruzando el territorio nacional. La defensa de nuestros y nuestras connacionales en los Estados Unidos, y de todas las personas migrantes que pasan por México o han encontrado en el país una oportunidad, es una tarea inmediata.

 

Para lograr esto necesitamos una sociedad civil capaz de crear espacios de acción transformadora, comprometida y que impulse un gobierno con visión, credibilidad, aceptación pública, reconocimiento internacional y liderazgo regional; que demande a las autoridades y dé muestra de un modo de proceder sensible y propositivo ante el descontento en aumento, la corrupción y la descomposición del tejido social; involucrada en el análisis crítico y en la incidencia en políticas públicas que pongan por delante el interés común; promotora de acciones concretas para enfrentar el nuevo rumbo de la política internacional, alentar un modelo social inclusivo desde los territorios locales y construir un verdadero Estado de derecho, audaz en atacar la impunidad, la injusticia y las violaciones a los derechos humanos.

 

Como actores universitarios tenemos la responsabilidad ineludible de ser agentes de cambio. Creemos que nos toca ser un punto de encuentro, de convergencia y proposición en nuestra unión fundamental como sociedad mexicana. La Campaña Universitaria quiere servir de inspiración a fin de que todos los integrantes de esta comunidad educativa seamos puentes para a la construcción de una sociedad que haga caer los muros de la exclusión.