Derechos Humanos / Anuario 2020

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 121 explotación y el abuso sexual; el tráfico de mujeres y niñas; la falta de órdenes de protección y medidas de seguridad para mujeres que han denunciado violencia o que se encuentran en especial riesgo por sus actividades políticas y profesionales; la violencia sexual que padecen las mujeres migrantes en su paso por el país. En todos los casos, para identificar estas situaciones como violencia feminicida, se requieren procedimientos y metodologías que fundamenten que estas situaciones se encuentran en consonancia con la caracterización contenida en la LGAMVLV, ampliada teóricamente líneas arriba. De ello resulta que se requiere una investigación formal para evidenciar estas violencias, así como las dinámicas imbricadas en su origen y evolución. Es obligación del Estado evaluar la forma permanente de violencia feminicida y las circunstancias en las que ésta se presenta para distinguir factores de riesgo, poblaciones amenazadas y diseñar medidas de prevención. Para ello requiere establecer formas adecuadas de generación y análisis de información que consideren la multiplicidad de dinámicas involucradas en la violencia feminicida, las características de los grupos de mujeres y niñas particularmente vulnerables a esta violencia. La necesidad de estudiar y comprender esta violencia es un aspecto central, como argumentaré en el siguiente subapartado, en el cual también señalaré tres aspectos o consideraciones que parece importante tomar en cuenta para realizar estas investigaciones. Consideraciones para investigar la violencia feminicida Desde mi perspectiva, la investigación sobre violencia feminicida debe atender tres aspectos centrales: 1) estar contextualizada, de modo que permita evidenciar las manifestaciones que adquiere la violencia feminicida en espacios/regiones específicas para profundizar en los factores involucrados en ella; 2) que permita identificar los grupos de mujeres con mayor riesgo de sufrir estas violencias, así como proyectar medidas urgentes de protección y prevención para ellas; y 3) que la investigación sea feminista. Para poder llevar a cabo este trabajo de investigación, tendrían que generarse capacidades estatales adecuadas. Por ello, también sugiero la creación de un órgano responsable de integrar y sistematizar la información a nivel nacional, generar indicadores de riesgo y monitorearlos. A continuación, explicaré estos elementos. La violencia de género no actúa en el vacío, sino que interactúa con otras formas de violencia en contextos específicos, configurados por dinámicas estructurales resultado de procesos históricos complejos, así como aspectos coyunturales, emergentes y cambiantes. Ello vuelve necesario impulsar investigaciones que ayuden a identificar los factores que producen la violencia feminicida en cada espacio y grupo poblacional y la manera cómo éstos se articulan entre sí y con otras dinámicas, para generar medidas específicas y adecuadas para responder a este problema. Sin embargo, como también señala el estudio de ONU Mujeres, la conectividad e interacción

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