Rúbricas 14

65 Rúbricas XIV Aprendizaje Situado y Praxis Universitaria 64 Rúbricas XIV Servicio Social propio las colonias populares que se han instalado en el último cuarto del siglo pasado. El otro hito es la reciente construcción del bulevar Carmelitas, con tres carriles de cada lado en una superficie de concreto hidráulico de 30 centímetros de espesor, símbolo de modernización y todo lo que esto conlleva. Hoy, Valle del Paraíso está habitada por un complejo mosaico de pequeños comerciantes, ven- dedores ambulantes, empleadas domésticas, trabajadores eventuales, y demás personas con otras ocupaciones. Cuando llegamos a la zona y miramos hacia el río, el contraste es evidente entre la zona popular y la pudien- te. Aquí el agua es escasa y no alcanza para todos; allá, en Lomas, tienen grandes tanques de almacenamiento y la utilizan para regar los grandes y verdes jardines y sus avenidas arboladas, de acceso restringido. Acá, en Valle del Paraíso, solamente una de las calles está pavimenta- da desde hace un par de años, pero el resto sigue siendo de tierra. Allá, en Lomas, el polvo no existe; todo es cemento y los jardines están perfectamente cuidados. Valle del Paraíso se encuentra en el catálogo de colo- nias del municipio desde que está en proceso de regulari- zación y las nuevas vías de comunicación han aumentado su plusvalía. Lomas, desde hace tiempo, quiere convertir- se en municipio autónomo. Aquí, en Valle, predomina el gris del block y los pisos a medio construir; allá, todo luce con buenos acabados y recién pintado, junto a los grandes edificios que despuntan en el horizonte. Ambas zonas son el producto de un modelo de crecimiento que privilegia a unos en detrimento de otros. - Acción universitaria y transformación social Parte de una Universidad que se propone contribuir a la transformación social, el Centro Comunitario intenta constituirse como un espacio de formación situada, con- textualizada, capaz de contribuir a entender y a cambiar, para bien, la sociedad. Heredero de la Pedagogía ignacia- na, cuyo punto de partida es la realidad para entenderla y transformarla, desde el principio ha estado clara la inten- ción de construir un ambiente de encuentro, de diálogo y de intercambio, para la vinculación entre la comunidad universitaria y los habitantes de la colonia. A esto nos referimos con la “acción universitaria”. No es una acción cualquiera, sino una acción planeada y pensada para el cambio en dos sentidos: de los estudiantes (y con ello, de la Universidad), y de la gente (y con ello, de la sociedad). La metodología se ha planteado en cuatro pasos que aseguren, hasta donde sea posible, la adecuación de las acciones al contexto y, al mismo tiempo, motiven la participación de los sujetos a los cuales van dirigidas. Así, cuando los estudiantes se incorporan al trabajo de Casa Ibero, lo primero que hacemos es invitarlos a ca- minar las calles. Se trata de salir más allá de la rutina, conocer y familiarizarse con el lugar, y con una guía de observación construir esquemas de comprensión y de interpretación de una realidad que, para los alumnos de la Universidad, no es la cotidianidad. La experiencia de este momento podría resumirse en lo siguiente: todo es nuevo, todo es reto, todo es complejo. El segundo momento, siguiendo con la observación de la realidad, es encontrar a la gente. A través de un ejercicio de mapeo, se ubica lo que hacen, cómo son, dónde se reúnen, cuáles son los lugares centrales en el espacio social. Nos basamos en una concepción del te- rritorio como lugar geográfico no vacío, sino, al contra- rio: lleno de gente y de su cultura, costumbres y tradi- ciones, sus maneras de hacer las cosas, sus imaginarios, sus expectativas y sueños. Se trata de descubrir y asumir, en suma, que es un lugar repleto de sentido. El tercer momento consiste en conversar con la gente. Buscamos que los estudiantes se descentren, es decir, que salgan de su mundo conocido y se aventuren a conocer otros espacios, otros lugares sociales, otros mundos. El reto es complejo, pero lo abordamos con sencillez: la gente que nos conoce y son nuestros amigos los recibe en sus casas y platica con ellos. Los alumnos son libres de hablar, de preguntar y de dialogar con la gente sobre lo que interesa a ambas partes. El resultado es sorprendente: los estudiantes descubren a la gente y se descubren ellos mismos como sujetos con historia, con intenciones, inte- reses, con espíritu de lucha y con planes de futuro. Es una experiencia que suele cuestionarlos y acercarlos. Denominamos al cuarto momento “cambiar el metro cuadrado”. Una vez conocido el contexto, con sus límites de tiempo y espacio, y acercándose a la situación real de los sujetos, se plantean los proyectos. Se trata de respon- der lo más posible a aquello que la gente pide, se imagina y necesita. Asimismo, es necesario asumir los límites de los estudiantes en su condición concreta, pues ni lo saben todo, ni está en sus manos hacer todo lo que se podría hacer para resolver un problema complejo. Pero lo que no puede faltar es el compromiso mutuo, basado en una relación horizontal, abierta y honesta. En torno a las posibilidades de transformación siem- pre habrá controversia y discusión. Ciertamente, la trans- formación de las estructuras sociales que se han ido fra- guando a lo largo de la historia es de una complejidad tal que sería iluso cambiar en tiempos tan cortos y desde espacios tan limitados. El cambio al que podemos aspirar con realismo, quizá, es el que opera en los estudiantes y su capacidad de encontrarse con otros, y de asumir- se mutuamente como sujetos. Esa es nuestra apuesta de cambiar el mundo, donde todos puedan ser, donde exista la posibilidad de que todos sean sujetos de su historia. - Acompañamiento del Servicio Social en Casa Ibero Acompañar el Servicio Social (SS) en Casa Ibero significa orientar, motivar y facilitar que el estudiante sea capaz de construir, individual y colectivamente, su propia experiencia de implicación en una problemática social concreta. La intención es que los alumnos descu- bran, comprendan y participen en la transformación de la realidad histórico social de las colonias periféricas de la zona, pero no solamente desde la teoría y la reflexión, sino desde su inmersión e implicación (dejarse afectar) en las historias de vida de la gente que habita este territorio. Es decir, que pongan el cuerpo, su atención e intención en encontrarse con el otro, que en principio parece tan lejano a ellos y a su mundo, y que, como dice Marina Garcés (2011), “escuch[en] acogiendo y transformándose, rompiendo algo de [sí] mismo[s] y recompon[iéndose] con alianzas nuevas”, para “alterar de raíz” su forma de mirar y de comprender el mundo. En el acompañamiento del SS en Casa Ibero promovemos un proceso de irnos dando cuenta en dónde estamos y con quién, quiénes somos nosotros, cuál es nuestra posición y nuestra tarea, qué herramientas teóricas y metodológicas nos pueden ayudar a implicarnos en la vida de la gente, y qué hacemos para transformarnos y hacer transformable la realidad (Garcés, 2011). En concreto, acompañamos a los estudiantes en cuatro momentos que van entrelazán- dose en un movimiento en forma de caracol. Es decir, no se trata de momentos lineales sino circulares en forma de espiral relacionados entre sí a los que volvemos continuamente para profundizar en nuestra acción y reflexión. El primer momento es la semana de inducción, donde nos interesan cuatro aspectos: integrarnos para hacer grupo, la apropiación de Casa Ibero, el inicio del proceso de afec- tación, y definir los quehaceres del semestre. Para integrarnos y apropiarnos de Casa Ibero realizamos actividades como: recorrer sus instalaciones; revisar y dialogar juntos el manual operativo, participar en dinámicas y actividades grupales de integración, comunicación y confianza; hacer faenas de limpieza y acomodo; establecer los protocolos de seguridad, y organizar comidas o desayunos juntos. En cuanto al proceso de afectación, invitamos a los estudiantes a dar vida a la metodolo- gía de los cuatro pasos mencionados: caminar las calles, encontrar la gente, conversar con la gente y cambiar el metro cuadrado. La tarea de acompañamiento en este momento consiste en enriquecer sus impresiones y sensaciones con más información o con comprensiones que nosotros hemos ido construyendo con nuestros pasos y tejiendo con saliva con la gente. En muchas ocasiones consiste en ayudar a que los alumnos comprendan distintos modos de vivir de la gente (¿Por qué la gente se organiza para tener una Iglesia bien acabada y bonita y no para pavimentar las calles?, ¿por qué no cuida que sus perros no rompan las bolsas de basura?) o en ayudarlos a ir viendo la realidad de las colonias con sus contradicciones (“Nos dimos cuenta que la comunidad es muy unida”, “todos son muy amables”, “la gente aquí es muy sucia porque tira la basura en la calle”). Como decíamos anteriormente, estos ejercicios empiezan a construir en ellos la idea de que estamos en una realidad compleja y en un territorio lleno de sentido en donde trabajarán los próximos meses. Este espacio es un bufete de conceptos, ideas, prejuicios, incomprensiones y expectativas que registramos y retomamos después en distintos momentos del Seminario o de las reuniones de equipo, con el fin de ser conscientes de cómo mirábamos la realidad de esta zona al principio y cómo va cambiando o profundizándose nuestra mirada y nosotros mismos. Por último, para la definición de actividades del semestre, primero se solicita a los alum- nos que revisen sistematizaciones y narraciones de los estudiantes de generaciones pasadas con el fin de que conozcan qué actividades se han realizado, piensen a cuáles de ellas les darán continuidad, y empiecen a imaginar qué pueden hacer y cómo. Después, en plenaria estructuramos colectivamente una propuesta de un calendario semanal de actividades y planeamos la estrategia de promoción en las colonias.

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