66 primavera verano 2015 El documento de aparecida me parece que avala lo que acabo de sugerir como problemática que afecta sustancialmente a una educación de calidad y, de paso, a una educación con pertinencia y relevancia. Cito enseguida algunos párrafos del capítulo 2 de aparecida. Dicen textualmente nuestros obispos de A.L.: La realidad se ha vuelto para el ser humano cada vez más opaca y compleja (a partir del fen meno de la globalizaci n). Esta es la raz n por la cual muchos estudiosos han sostenido que la realidad ha trado aparejada una crisis de sentido… del sentido que da unidad a todo lo que existe… y que los creyentes llamamos el sentido religioso… este sentido se pone a nuestra disposici n a través de nuestras tradiciones culturales. Y después añaden que estas tradiciones han comenzado a erosionarse y señalan que para infortunio nuestro, estas tradiciones ya no se transmiten de generación en generación, lo cual afecta incluso a la misma experiencia religiosa. Y esta fenomenología afecta obviamente a las instituciones educativas y a la familia. Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios…Quien excluye a Dios de su horizonte, falsifica el concepto de la realidad y solo puede terminar en caminos equivocados y en recetas destructivas. Surge hoy una sobrevaloración de la subjetividad individual… El individualismo debilita los vínculos comunitarios y propone una radical transformación del tiempo y del espacio, dando un papel primordial a la imaginación. Se deja de lado la preocupación por el bien común para dar paso a la realización inmediata de los deseos de los individuos, a la creación de nuevos, y muchas veces arbitrarios derechos individuales, a los problemas de la sexualidad, la familia, las enfermedades y la muerte. Se verifica a nivel masivo una nueva colonización cultural por la imposición de culturas artificiales, despreciando las culturas locales y tendiendo a imponer una cultura homogeneizada en todos los sectores… Se prefiere vivir día a día, sin programas a largo plazo ni apegos personales, familiares y comunitarios. Las relaciones humanas se consideran objetos de consumo, llevando a relaciones afectivas sin compromiso responsable y definitivo. No obstante todo esto, nuestros pastores advierten también que, al mismo tiempo, emerge con fuerza la valoración de la dignidad de la persona, la búsqueda del sentido de la vida y de la trascendencia. Asimismo, resurgen como valores, la sencillez, el reconocimiento de lo débil y lo pequeño de la existencia, etc. Y es aquí donde puede actuar la educación en ámbitos donde la educación oficial no tiene respuestas adecuadas. Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios…
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