50 primavera verano 2015 terminan vendiéndola a bajo precio a intermediarios. En Argentina, una empresa italiana (Loro Piana) ha comprado más de 100 mil hectáreas en Catamarca, y en su página web describe una población de vicuñas de entre 6 mil y 8 mil ejemplares señalando que es la primera compañía privada que produce fibra de sus propias vicuñas y destaca el color más claro de éstas frente a las peruanas. Camélidos y patrimonio biocultural andino. Formas de protección Como se ha descripto en el punto anterior, los camélidos son valorados y procurados en el mundo del norte, ya sea por sus cualidades de recurso clásico (fibra) como por sus características peculiares para otras funciones. Sin embargo, los camélidos no forman parte del currículo de ciencia en las escuelas del altiplano y los niños y jóvenes de la Puna permanentemente están bombardeados de información y valores extranjeros a su cultura. Si una comunidad tradicional siente que lo que tiene no vale y no existe, sus recursos pueden ser adquiridos a bajo precio. Las comunidades puneñas desean vivir otras vidas cuando miran tv, y entonces pueden llegar a menospreciar lo propio. Cuando un recurso local se desvalora, es más fácil y más barato obtenerlo, apropiárselo y globalizarlo, ya afuera del mundo andino y con nuevos dueños y con otros precios mucho más altos. Es por eso que considero fundamental trabajar en educación ambiental con los niños de las escuelas puneñas, desde la Puna que rodea la escuela, y con una perspectiva basada en lo local. El pensamiento ambiental latinoamericano confluye con una cosmovisión propia y no trata de imponer modas ecologistas globales. La problemática ambiental puneña incluye necesidades básicas insatisfechas que pueden superarse en parte con un buen manejo de camélidos silvestres y domésticos y conocerlos desde la escuela, lo cual ayuda a definir la identificación cultural y promueve los vínculos con la historia, los ancestros, la tierra, el arte, la Pachamama y la cosmovisión andina. La sustentabilidad puede ser alcanzada a través del uso complementario del conocimiento científico y el conocimiento ambiental tradicional a partir de una educación ambiental bidireccional, donde ambos grupos aprenden y se enriquecen logrando una conservación participativa e inclusiva. Los camélidos marcan la posibilidad de una ciencia oportuna, endémica de la región y basada en un ecosistema (el altiplano) inexistente en los países centrales, atendiendo a una agenda con nuestro propio contexto latinoamericano, incluyendo los saberes locales en una sinergia andina. Agradecimientos: al Dr. Arturo Argueta que me abre las puertas del maravilloso mundo de la etnobiología mexicana, al Dr. Dr. Benjamín Ortiz Espejel por la invitación al simposio y a publicar este trabajo. A Silvina Enrietti por las fotos de las caravanas y al Dr. Hugo Yacobaccio por la lectura y sugerencias en el manuscrito.
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