Rúbricas 8

85 general, en lo social, lo ecológico y lo espiritual; es el respeto a los mayores, a las demás personas, a la Madre Tierra, a la Vida. Más que “respeto” es la capacidad de relacionarse con la grandeza de la Vida, con su ch’ulel de todas las cosas. Hablar del Lekil Kuxlejal es hablar de relaciones entre personas, Naturaleza y todos los seres. Más que un parámetro de bien-estar es una serie de principios y valores, no sólo éticos,6 que aseguran el equilibrio y la convivencia armónica con la Pachamama (Lajo, 2010), con el cosmos. Todo esto, evidentemente, conlleva a otra comprensión del cosmos, y por tanto a otra realidad –literalmente–7 de la Naturaleza, de los fenómenos sociales, del mundo. Para comprender esto requerimos de las epistemologías del Sur. La cuestión de la “vida buena” tiene una base material e ideológica pero es sobre todo espiritual (López, 2010). Esta “vida buena”, muy al contrario del “desarrollo”; no tiene recetas, su concepción parte del reconocimiento de la diversidad de formas de vida buena. No hay modelo para ser exportado, globalizado o impuesto. Parte de abrirse hospitalariamente a la pluralidad, a la diversidad de formas de ser y existir, donde estas diferencias no sólo sean reconocidas sino celebradas (Esteva, 2009). Entonces, consideramos que para imaginar, sentipensar y construir alternativas dentro de esa esfera que separamos como “economía”, algunas de las premisas aquí presentadas pueden ser relevantes. Podríamos imaginar otras economías que partan de la “comunalidad”, la solidaridad, la reciprocidad y la cooperación como fundamento de las relaciones sociales, basadas en lo colectivo y no en lo individual. Bajo un conocimiento sentipensante, o illanar, que no separa emoción e instinto del proceso epistémico. Reconociendo lo sagrado de la Naturaleza y el gozo como base del trabajo y los quehaceres humanos, no entendidos como esferas separadas, sino como manifestaciones interconectadas de una realidad en donde todo está relacionado. Desde esta mirada del mundo, la escasez sale sobrando, y estorbando. Tal vez, como explica Pigem (2009; 126), la idea de escasez no se equivoque por el deseo de la abundancia, el problema es que se busca exclusivamente en lo material, precisamente donde no puede hallarse. Sin embargo, no podemos sentarnos a “teorizar alternativamente” mientras los procesos de despojo y destrucción continúan. La teoría y la práctica no son cosas distintas. El reto está en echar a andar alternativas, procesos, proyectos, actividades humanas, bajo un proceso epistémico alternativo. Esto nos convoca a sumarnos al sentipensar de otras economías a través de 6 Para que fuera un asunto ético tendría que ampliarse la concepción de ética a la relación entre humanos, Naturaleza y otros seres. 7 Como se expuso antes, una comprensión distinta del mundo resultará efectivamente en una realidad distinta. las construcciones de alternativas cotidianas (Rauber, 2013), con la gente ordinaria, en el Sur; en muchas de sus prácticas están ya las concepciones teóricas que estamos buscando. De cómo intentamos hacerlo en Yomol A’tel Yomol A’tel8 es un grupo de cooperativas y empresas de economía solidaria ubicado en la Selva Norte de Chiapas, México. Lo formamos más de 350 familias, de 64 comunidades indígenas tseltales y alrededor de 60 trabajadoras, trabajadores y colaboradores. El grupo se conforma de tres cooperativas, tres empresas solidarias y una microfinanciera.9 Intentamos partir de la cosmovisión tseltal, basada en la solidaridad y la “comunalidad”, para realizar nuestras actividades económico-empresariales. El objetivo es trabajar por el Lekil Kuxlejal, la justicia social y la defensa de nuestro territorio a través de la apropiación organizada del proceso de valor agregado de nuestros productos –por ahora café y miel– y de los procesos financieros que lo posibiliten. Se intenta imaginar e implementar un proceso desde la economía solidaria, que ponga en el centro a la persona –y no al capital– y que parta de lo que aquí se ha intentado esbozar. Así, las relaciones humanas e inter-organizacionales se procuran basar en la solidaridad y la confianza, en lugar de ver relaciones competitivas e individualistas –con proveedores, clientes, empleados u otras organizaciones– sino colaborativas y solidarias. A partir de la apropiación del proceso de valor agregado del café (tostado, comercialización y venta en taza) se ha logrado la “construcción del precio”, saliendo de la lógica de mercado que impone el precio desde Nueva York y de la red de coyotaje10 que explota y denigra a las y los productores. El café en los últimos dos años se ha pagado a un precio fijo –determinado por la Cooperativa y el grupo– y según la calidad del café, mientras que el precio de coyotaje varía en la lógica de commodity de la Bolsa de Valores. Esto se puede apreciar en la siguiente gráfica. 8 A’tel –en tseltal– significa trabajo y Yomol algo similar a organización. Pero la definición que pensamos del nombre es “juntos trabajamos, juntos caminamos, juntos soñamos”. 9 Información más detallada del grupo Yomol A’tel puede ser consultada en: www.yomolatel.org, www.batsilmaya.org, www.capeltic.org o http://www.magis.iteso.mx/content/capeltic-nuestro-cafe. 10 Coyotes se les llama a los intermediarios locales de café, quienes acopian, en su gran mayoría, para empresas trasnacionales, y quienes son los únicos que les prestan el dinero necesario para el acopio a las familias productoras, cobrando tasas de alrededor del 15% de interés mensual, entre otras prácticas de despojo.

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