Rúbricas 8

69 Desde hace varios años diversas organizaciones de la sociedad civil y sectores importantes de la academia hemos tratado de posicionar una necesaria Reforma del Estado entre las prioridades de la agenda nacional.1 Hasta hoy estos esfuerzos permanecen e insistimos en que ésta debió ser uno de los marcos para realizar las reformas estructurales que han sido aprobadas en los últimos meses. Por lo tanto, nos seguimos preguntando: ¿cómo participó la ciudadanía en estos procesos y cómo participará en el futuro? Como parte de los acuerdos con la comunidad internacional de naciones, nuestro país se comprometió a avanzar en los cambios en un marco de defensa y garantía del ejercicio de los derechos humanos, sin embargo, no ha cumplido. Una de las razones está en los condicionamientos que se vinculan con la imposición de una economía de mercado globalizado, y que el gobierno no ha querido trascender, dados los intereses y las presiones de los grupos de poder nacionales e internacionales. Frente a esta lógica mercantil vienen avanzando procesos económicos alternativos, en una lógica de reproducción de la vida humana y planetaria que es preciso fortalecer. En este texto quiero compartir algunas reflexiones y propuestas orientadas en este sentido. Una mirada crítica a los fundamentos éticos de la economía de mercado dominante Las políticas de ajuste estructural que consolidaron una nueva estrategia de acumulación de capital desde los años ochenta hasta la fecha y, a la cual se le ha denominado globalización económica, la cual es compartida por los grupos de poder en México, se han ido transformando en la peor de las amenazas globales que penden sobre la humanidad (Gonzáles, 2010). Esta estrategia tiene como cimientos: » » Una concepción neoliberal de la economía, principios y supuestos hoy defendidos por los principales centros del capitalismo contemporáneo; tiene protagonistas, defensores decididos de una lógica de mercado total, del individualismo, y justificadores de la exclusión de grandes grupos de población en el planeta » » Un proyecto cultural conservador defensor de fundamentalismos, no sólo en lo económico sino en lo cultural, religioso y político 1 En junio de 2005 se realizó en Pátzcuaro, Michoacán, un importante Encuentro Nacional sobre La Reforma del Estado y la Agenda Ciudadana. Algunas de las reflexiones que siguen formaron parte de mi intervención como parte del posicionamiento de las Organizaciones de la Sociedad Civil convocantes en este proceso. » » Una lógica negadora de sujetos y de utopías » » Aunque los voceros del neoclasicismo arguyen que la liberalización económica exige un Estado más disminuido, menos intervencionista, se ha tornado cada vez más evidente que en una lógica de mercado totalizante, la promesa del reanudado y sostenible crecimiento requiere también acrecentadas capacidades estatales: no tanto un Estado mucho menos poderoso, sino uno que desempeñe diferentes roles, especialmente de control social » » Para estos grupos de poder no hay alternativas al capitalismo, cotidianamente se imponen simulacros a través de los medios de comunicación que se han convertido en “medios de producción de realidad”, de irrealidad que pretende dotar de contenidos a sus nuevos símbolos culturales » » Se distorsionan necesidades, se explotan deseos, fomentando la participación en el consumo como la única manera de participar en el poder, al grado que antes hablábamos de sujetos que consumen pero hoy, en esta lógica, el consumo produce sujetos. El sentido que debería tener toda reforma: la afirmación y defensa del sujeto, de la vida Para la defensa del sujeto y de la solidaridad es preciso comprender que en esta estrategia capitalista los fines justifican todos los medios, aunque éstos produzcan muerte. Hay que asumir la racionalidad económica. Frente a los medios y no sólo frente a los fines se hace necesario asumir una racionalidad reproductiva, de vida, pues están en peligro sus fuentes: el ser humano y la naturaleza (Hinkelammert y Mora, 2013). Hay que recuperar y/o mantener una racionalidad del sujeto que irrumpe constantemente en la racionalidad formal afirmando: si tú eres, yo soy. La racionalidad formal dominante niega esta racionalidad del sujeto y sostiene su contrario: si te derroto, yo soy. Se tiene que volver al sujeto vivo, al sujeto necesitado, al sujeto que no puede vivir si no asegura que él/la Otro/a también pueda vivir, ubicándose esta posición más allá del cálculo de la razón instrumental. Eso lo hace desde la afirmación de la vida. Recordemos que la persona en tanto sujeto defiende sus intereses, pero lo hace en la intersubjetividad establecida por el criterio, según el cual la amenaza a la vida del otro/a es también amenaza para la propia vida, aunque calculablemente, en la relación costo-beneficio capitalista no se encuentren criterios para sostener esto. El sujeto lo entendemos aquí como subjetividad, entendida como una identidad con otros y otras; en tal sentido la subjetividad irrumpe en la individualidad. El individuo calcula y como tal, o como grupo, defiende sus intereses particulares. La persona en tanto sujeto también defiende sus intereses, pero lo hace en la intersubjetividad establecida por el criterio según el cual la amenaza a la vida del otro/a es también amenaza para la propia vida, aunque calculablemente no haya el más minúsculo criterio para sostener eso. El sujeto, es un sujeto corporal, una corporeidad con el derecho a tener derechos: derechos humanos, y ejercerlos.

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