Rúbricas 8

23 La reforma del Artículo 27 constitucional promovida por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari en 1992 permitió, entre otras cosas, la venta de tierras ejidales a particulares en una lógica de economía de mercado. Contradiciendo los pronósticos más pesimistas, 20 años de distancia los ejidos no sólo no desaparecieron sino que aumentaron, y muchos de los núcleos agrarios reconocidos como tierras comunales se han fortalecido mediante procesos de desarrollo autogestivo. De tal manera que en el México de hoy, alrededor de 70% de las tierras agrícolas y los bosques están en manos de indígenas y campesinos bajo regímenes de propiedad social y comunal (Merino, 2012, 2014; Toledo, 2003). En un contexto donde han prevalecido las políticas económicas de corte neoliberal, lo anterior solamente se explica por la resistencia cultural y la lucha activa de las poblaciones que ocupan esos territorios, en defensa de sus derechos de propiedad y aprovechamiento de sus recursos. Ahí donde no ha sido significativa la presión del mercado inmobiliario para el crecimiento urbano, los tenedores campesinos de tierras y bosques han mantenido firme su apego al territorio y han librado batallas innumerables para mantener su poder de decisión sobre el uso y destino de los bienes que comparten (Merino, 2014). Josefina María Cendejas, Profesora investigadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Coordinadora de la Comisión de Investigación de la Red Nacional de Investigadores y Educadores en Cooperativismo y Economía Solidaria, Redcoop. E-Mail: josecend@gmail.com Territorios, bienes comunes y reformas estructurales. Legalizando la acumulación por despojo

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