71 La novela de Jorge Basaldúa, El color de la ausencia, goza de muchos atributos perceptibles en la calidad narrativa, la reflexión sobre la frontera física y cultural, la estructura, el lenguaje apegado a la realidad que describe, la polifonía de voces, el empleo de sencillas pero contundentes imágenes, el uso de diálogos y la verosimilitud, por mencionar unos cuantos. Presenta una amplia gama de historias y de personajes con problemas diferentes cuyas vidas giran en torno a la migración. Específicamente pone atención en las causas culturales, políticas, económicas y sociales así como en los conflictos, las alegrías y las tristezas que este fenómeno provoca en una pequeña población como San Nicolás, en los paisas radicados en Estados Unidos y en las relaciones que van estableciendo durante la dura travesía. El tema de la migración ha estado presente en la literatura mexicana desde la segunda o tercera década del siglo xx. En Vámonos con Pancho Villa (1931), la novela de Rafael F. Muñoz, encontramos uno de los primeros indicios ya que hace referencia al infame caso de un grupo de mexicanos que fue incinerado vivo por agentes de migración de El Paso, Texas. Según consta en el mencionado libro, “Pancho Villa lanzó un alarido cuando llegó a él la versión, agigantada en los vuelos de boca en boca, de que cuarenta mexicanos habían sido quemados vivos intencionalmente en El Paso”. Muchos años después, en 2009, Ignacio Solares retomaría este triste episodio para narrarlo en el relato “Los quemados del Río Bravo”. Ahí, por ejemplo, cuenta que “cuando Villa arengaba a sus hombres para invadir Columbus manejaba, precisamente, la cifra El color de la ausencia de Jorge Basaldúa Silva. Puebla: Universidad Iberoamericana, 2013, 310 pp. José Sánchez Carbó. Docente y coordinador de la licenciatura de Literatura y Filosofía y de la maestría en Letras Iberoamericanas de la uiap una amplia gama de historias y de personajes con problemas diferentes cuyas vidas giran en torno a la migración
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