Rúbricas 17

Rúbricas XVII Colaboración fragmentada: la generación de la inmediatez 94 95 Rúbricas XVII Retos y perspectiva de la Educación Media Superior en Universidades Jesuítas En la formación de enseñanza a distancia, la Preparatoria Ibero Puebla se dio a la tarea de continuar dicho modelo a pesar de las dificultades que se presentaron, haciendo que el alumnado fortaleciera herramientas para el trabajo en equipo, como bien lo menciona el Acuerdo 444 por el que se establecen las competencias que constituyen el marco curricular común del Sistema Nacional de Bachillerato enfocado en la Competencia Genérica 8, que a la letra dice: “Trabaja en forma colaborativa; participa y colabora de manera efectiva en equipos diversos” (sep: 8). La implementación de la competencia anterior busca propiciar la ejecución de diversos proyectos que fomenten la comunicación entre ellos para la organización, nutrición y construcción del conocimiento en conjunto. La Preparatoria Ibero Puebla, a través de sus equipos académicos, formula guías didácticas de modo que, independientemente del área de conocimiento a tratar, dichas guías deben ser congruentes con el mpi, conforme al cual se incluye la implementación del trabajo colaborativo. Sin embargo, la extrapolación de los planteamientos teóricos a la práctica es una dinámica distinta y compleja que adquiere dimensiones particulares en el contexto de la pandemia. - Problemática de la fragmentación El área educativa tuvo la necesidad de adaptarse frente al auge cultural de las tecnologías, implementando estrategias contundentes que propiciaran que las nuevas generaciones se formaran con herramientas que ayudaran en el proceso de aprendizaje. En este contexto y, particularmente, el de la Preparatoria Ibero Puebla, el profesorado se dio a la tarea de capacitarse y apropiarse de diversas herramientas pedagógicas que apoyaran en la formación del alumnado. Entre ellas se encuentran: la implementación de recursos de búsqueda de información en plataformas educativas, el uso de plataformas institucionales como Moodle, y diversas aplicaciones que permitieran su adaptación en la educación media superior. A mediados del año 2020 las instituciones educativas se enfrentaron a nuevos retos y desafíos con la formación a través de una comunicación a distancia, generando diversas problemáticas que se suscitaron a lo largo de un periodo. A partir de esto, el alumnado trabajó detrás de un monitor en un espacio donde el profesorado no podía tener alcance de lo que acontecía alrededor de los estudiantes. Así, se enfrentaron a una ciberaula, donde la comunicación directa se vio afectada debido a que las y los estudiantes tenían la posibilidad de navegar a través de diversos cibercampos que no siempre fueron lúdicos o coadyuvaron a su proceso formativo. La multimedialidad —entendida como una integración en un sitio web de diversos formatos: video, audio, texto— se ubica como una buena aproximación y un favorecimiento para la era de la información, ya que ha surgido como un nuevo estilo cognitivo que las nuevas generaciones han incorporado dentro de su desarrollo. El estudiantado se ha formado a partir de cibercampos con diversos formatos disponibles en la red de navegación, donde se presenta una multimedialidad que contiene textos, videos, audios, gráficas en un mismo lugar, acompañada de una hipertextualidad que motiva a que el cibernauta salte de un contenido a otro conectando lecturas que puedan complementarse. El uso de estos recursos ha significado un gran avance en las áreas del conocimiento, sin embargo, también ha generado inmensa incertidumbre con la que se vive en el día a día durante la instrucción del alumnado. Un planteamiento profundo sobre este aspecto lo realiza la doctora Iarene Argelia Tovar Romero en su artículo “En la era de la interrupción y la fragmentación” (2017), en donde señala que los medios digitales ofrecen una sobreabundancia de información que propicia el consumo desmesurado, fragmentado y, en muchas ocasiones, son distractores que dificultan la atención para el aprendizaje en el aula. La investigadora plantea la problemática de la inmediatez debido a que la información llega de manera rápida en pequeños fragmentos, lo cual hace que se trate de una información incompleta. A tal forma de consumo la denomina la cultura del snack conforme a lo dicho en la revista de Wired (Miller, 2007), donde se indica que la información se proporciona en distintos momentos y formatos, ingiriendo pequeñas proporciones, lo que hace que no requiera gran atención cognitiva. Retomando el planteamiento de Tovar, se puede observar a un alumnado acostumbrado a la inmediatez y la fragmentación de la información que se consume, en su mayoría, en pequeñas proporciones o snacks, la cual se refuerza constantemente en el uso de redes sociales donde se presenta una lectura vertical dentro de los denominados time lines de redes sociales como Facebook, Twitter, Tik Tok, YouTube e Instagram, que replican formatos breves, inmediatos y fragmentados de información. A partir del regreso presencial al aula, gran parte del estudiantado se ha enfrentado a textos académicos que requieren mayor concentración y comprensión lectora, por lo tanto, los alumnos experimentan una problemática por la extensión del contenido y el tiempo que se tardan en leer

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