Rúbricas XVII Formación docente en educación media superior... 74 75 Rúbricas XVII Retos y perspectiva de la Educación Media Superior en Universidades Jesuítas - Formación docente e instituciones jesuitas A partir del análisis anterior, para ser un buen docente de ems no es suficiente con cumplir con la formación disciplinar establecida en el Profesiograma1 de la modalidad de bachillerato, ya que, además de tener la capacidad de atender las características del contexto, se requiere poner en juego diversas competencias como las establecidas en el Acuerdo secretarial 447, así como las que defina cada institución en particular, para que el proceso educativo sea de calidad y efectivo. Por lo tanto, un egresado de cualquier licenciatura, si quisiera ser docente de ems, tendría que pasar por un proceso de formación, idealmente previo a la práctica y, con posterioridad, actualizarse y capacitarse de manera continua para responder cabalmente a los signos de los tiempos. Esta formación y capacitación es un reto en sí. De acuerdo con Lucrecia Santibáñez, Daniela Rubio y Marisol Vázquez (2017), después de analizar diversas investigaciones, señalan algunas características que hacen más efectivos los programas de formación continua, cuando: · Se centran y se diseñan a partir de la práctica, es decir, están integrados en el quehacer diario · Incorporan elementos activos del aprendizaje, a diferencia de cuando domina la pasividad (cursos o clases sin componente práctico) · Se enfocan en: cómo los alumnos aprenden un determinado contenido; aumentar el conocimiento del profesor sobre un contenido específico; alinear el desarrollo profesional con las condiciones actuales del aula, considerando los materiales curriculares, los estándares académicos y las medidas de evaluación y rendición de cuentas · Existen múltiples actividades para contar con refuerzo y seguimiento, asistencia en la implementación y apoyo a los profesores por parte de mentores y colegas · Tienen una duración prolongada, por seis meses o más y con un tiempo promedio de contacto de 91 horas (Yoon, Blank y De las Alas, Cortés, citados en Santibáñez et al., 2017) · Hay motivación y responsabilidad por el propio aprendizaje. 1 Documento elaborado por la Secretaría de Educación Pública presentado por las carreras y posgrados que tienen un perfil profesional acorde a cada una de las asignaturas que integran el mapa curricular del bachillerato. A lo anterior, y en el caso de las instituciones jesuitas, se debe sumar el conocimiento y convencimiento sobre el modelo educativo (referentes epistemológicos y pedagógicos), el cual, a grandes rasgos, pretende la formación de hombres y mujeres conscientes, competentes, compasivos y comprometidos, que en el caso específico de los bachilleratos de la Universidad Iberoamericana Puebla, en su misión tienen el fin último de promover la paz y el desarrollo sostenible teniendo como horizonte la construcción de una sociedad más justa y humanamente solidaria, es decir, que todos los integrantes de la comunidad educativa pongan en juego sus conocimientos, habilidades y actitudes al servicio de los demás y para contribuir a enfrentar las diversas formas de desigualdad y exclusión social. En este sentido, los retos de la formación docente implicarían, en primera instancia, la organización de capacitaciones efectivas, así como la combinación de contenidos disciplinares relacionados con la propia asignatura, contenidos pedagógicos y, actualmente, tecnopedagógicos, y contenidos institucionales de sentido y orientación; también habría retos relacionados con conocer las características de las generaciones y colocar al estudiantado en el centro del proceso educativo; y retos para responder a las demandas del contexto presente y futuro, como, por ejemplo, una pandemia u otras reformas educativas. - Conclusión La formación docente, a partir del contexto, no puede ser observada desde un único punto de vista ya que este proceso se constituye de diversos elementos, de tal manera que, ante la diversidad de la problemática planteada surgen diversas conclusiones que, vistas en conjunto brindan la posibilidad de trazar la ruta o rutas a seguir. En primer lugar, la relación entre diversas generaciones, ya sea entre docente-docente y estudiante-docente, requiere de la colaboración de cada uno de los involucrados, así como de la voluntad para encontrar un punto medio que permita establecer medios de comunicación que faciliten el aprendizaje mutuo. Una segunda conclusión se refiere al docente y su correspondiente área de estudio, en particular de aquel cuya formación es diferente e, incluso, alejada de la pedagógica, lo que lleva a la necesidad de una capacitación previa a su incursión en la docencia, dotándolo así de herramientas que
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