Rúbricas 17

Rúbricas XVII Una mirada al liderazgo ignaciano... 32 33 Rúbricas XVII Retos y perspectiva de la Educación Media Superior en Universidades Jesuítas - Retos del liderazgo ignaciano en su aplicación en las organizaciones En la actualidad presenciamos una de las más profundas crisis de la educación en México de frente a su futuro, en especial en la Educación Media Superior (ems). Tras esta crisis se oculta, entre otras causas, el tema del liderazgo. Esta situación no es reciente y tampoco es exclusiva de la ems, y uno de sus más grandes desafíos es: la formación de estudiantes y docentes líderes con gran capacidad crítica, reflexiva y analítica; responsables y conscientes del bien común. El líder que forma nuestro sistema educativo deberá caracterizarse por su participación en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta nuestro país. El liderazgo en la ems actualmente debe ocuparse de lo siguiente: qué se puede hacer, aquí y ahora, para mover y dinamizar a los bachilleratos, de modo que se logren aprendizajes para el alumnado. Por lo anterior, es fundamental considerar, como alternativa real, el liderazgo ignaciano, en especial para las obras educativas confiadas a la Compañía de Jesús, lo que implicaría una opción para colaborar en la formación de las juventudes durante sus trayectorias en la ems, así como de su profesorado. En el sistema educativo nacional se encuentran las escuelas de Educación Media Superior que asumen y coinciden con la misión y visión de las obras educativas confiadas a la Compañía de Jesús. Estas instituciones educativas incorporan los valores y principios de la visión ignaciana, inspirados en una visión cristiana del mundo y la sociedad. Esta visión tiene su origen en el modo de ser y proceder de los jesuitas […] que buscan encontrar a Dios en todas las cosas y a todas las cosas en Él, pretenden la excelencia en todo, disciernen orientados por el mayor servicio y respetan la conciencia individual como lo más sagrado de los seres humanos (Ibero Ciudad de México, 2020). Estas escuelas son administradas y lideradas por laicos,1 quienes deben sentir la necesidad de ejercer la dirección desde una perspectiva de liderazgo ignaciano para alcanzar la promoción del desarrollo humano. Con el fin de lograr la misión que les encomienda la Compañía de Jesús,2 González (2017) plantea que las virtudes a exaltar por los laicos, al frente de estas organizaciones, son: prudencia, justicia, templanza y fortaleza; y que en la práctica de su liderazgo, esos directivos deben fomentar espíritus críticos y creativos; volcados hacia un aprendizaje que trascienda las aulas, y buscando modificar estructuras 1 Laico: independiente de cualquier organización o confesión religiosa (rae, 2020). 2 La Compañía de Jesús es una Orden religiosa de la Iglesia Católica, fundada por san Ignacio de Loyola en el año 1534. Durante más de 475 años de historia los jesuitas siempre han sido misioneros, enviados a las fronteras humanas y sociales “al servicio de la fe y de la promoción de la justicia”, asumiendo cualquier tipo de actividad que contribuya a esta misión (Los Jesuitas, s. f.). de opresión que conduzcan a la construcción de entornos más justos que posibiliten el ejercicio de una plena libertad unida a un concepto de dignidad generalizada. - El proyecto pedagógico ignaciano El proyecto pedagógico ignaciano invita a laicos y religiosos a que adopten como propia la experiencia personal de la espiritualidad ignaciana y se conviertan en colaboradores o colegas de la Compañía de Jesús. Los colaboradores de las obras y empresas jesuíticas3 contribuyen con sus conocimientos, habilidades y experiencias a interpretar el carisma ignaciano. La Congregación4 31 (1965) de los jesuitas declaró sobre los laicos: “serán siempre para nosotros los intérpretes naturales del mundo moderno”. Esto significa que los seglares o laicos, con raíces en el carisma ignaciano, participan en las misiones educativas de la Compañía de Jesús, interpretando el sello ignaciano. Ante este escenario, los seglares interesados en la pedagogía ignaciana que emprenden, por iniciativa propia, obras educativas donde se desempeñan como directivos y académicos de instituciones de educación media superior, necesitan conocer los elementos clave del liderazgo ignaciano que los ayuden a implementar los valores jesuíticos y a socializar los principios ignacianos en las comunidades educativas, con la intención de constituirse en elementos transformadores para la formación de ciudadanos. Cabe señalar que los estudiosos del liderazgo han pedido, reiteradamente, que la virtud del amor espiritual se integre en la vida empresarial y que los líderes empresariales la incorporen en los negocios (Fry, 2003; Whittington et al., 2005). Al mismo tiempo, los expertos en liderazgo critican el desarrollo de líderes empresariales y de escuelas de negocios por desatender el desarrollo de líderes conscientes de sí mismos y centrados en la moral (Bennis y O’Toole, 2005; Rubin y Dierdorff, 2009). Avolio (2010) afirma que es hora de dejar de buscar la lista de cualidades que los líderes deben desarrollar, para centrarse en responder a cómo ellos se pueden formar y desarrollar a partir de sus propios dones y capacidades. 3 Jesuítico: perteneciente o relativo a la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola en 1540. 4 Las Congregaciones Generales son el órgano de gobierno más importante de la Compañía de Jesús.

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