Rúbricas 17

Rúbricas XVII Desafíos y oportunidades de la enseñanza... 114 115 Rúbricas XVII Retos y perspectiva de la Educación Media Superior en Universidades Jesuítas es pertinente construir una reflexión y análisis sobre las oportunidades y ejes basales en los que se debe fundamentar la enseñanza de las Ciencias exactas pospandemia y, en general, en cualquier escenario, ya que deben considerarse más importantes las experiencias de aprendizaje que una plataforma tecnológica o herramienta externa. De este modo, independientemente de la tecnología, la pedagogía en Matemáticas debe estar construida, al menos, por estos cinco ejes: 1. Conocimientos previos: la evaluación del estudiante y del proceso de enseñanza es un componente central del Paradigma Pedagógico Ignaciano. Ausubel (1968), en el prefacio de su libro, Educational Psychology: A Cogtnitive View, considera que: “Si tuviera que reducir toda la psicología educativa a un principio, diría esto: el factor individual más importante que influye en el aprendizaje es que el alumno ya lo sabe. Determine esto y enséñele en consecuencia”. De manera similar, en el Paradigma Pedagógico Ignaciano los puntos de vista y los conceptos que los estudiantes pudieron haber aprendido con anterioridad, o captado espontáneamente de su aprendizaje cultural, así como sentimientos, actitudes y valores que tienen al respecto de la materia, forma parte del contexto real de la enseñanza (Duplá, SJ, 2021). Así, un factor primordial para influir en el aprendizaje es el conocimiento previo del estudiante, por lo tanto, después de la contingencia sanitaria y el regreso a las aulas, es necesario diseñar y aplicar una herramienta de diagnóstico y análisis para los alumnos, al inicio de los cursos, que permita guiar el diseño instruccional de la clase de Matemáticas y la toma de decisiones referente a estudiantes en riesgo de fracaso académico. Este instrumento debe brindar información sobre el dominio de conocimientos y habilidades previas y relevantes, al igual que las ideas preconcebidas o conceptos erróneos persistentes relativos a la asignatura, generados antes y durante la pandemia. En la Pedagogía Ignaciana no únicamente los conceptos previos deben ser valorados. Duplá, SJ menciona que “el contexto personal de el que aprende está incluido en la cura personalis que San Ignacio propone” (173), así, los profesores y directivos están implicados en la vida de los alumnos con un interés por el desarrollo intelectual, afectivo y moral, y por un cuidado y atención particular al estudiante. En este sentido, la encuesta Tu realidad en esta pandemia, realizada a los alumnos de cuarto semestre de Prepa Ibero en primavera 2021, tuvo como objetivo el dilucidar el verdadero ambiente de estudio de los escolares, para comprender los desafíos a los que se enfrentaban en el hogar durante la modalidad virtual y poder atender y actuar en consecuencia para mejorar las posibilidades de aprendizaje (Díaz León y Rosas Figueroa, 2021). 2. Aprendizaje con el error: relacionado con el punto anterior, el aprendizaje de las Matemáticas tiene que estar centrado en actividades donde el error y las equivocaciones en los razonamientos matemáticos deben ser considerados como material didáctico; una oportunidad que permita mostrar qué es lo que se está haciendo mal para aprender a hacerlo bien (Zárate-Paz, 2021). Todos pueden equivocarse, incluido el mismo profesor y esta oportunidad es ideal para proponer contraejemplos que permitan a la clase buscar explicaciones desde otra mirada; todo esto desde el acompañamiento ignaciano. El matemático George Pólya, en su intitulada obra clásica How to Solve It (1945), decía que el profesor de Matemáticas está obligado a “tratar de leer el rostro de sus estudiantes, intentar adivinar sus esperanzas y sus dificultades; ponerse en su lugar”; para ello, la interacción estudiante-profesor-estudiante es crucial, al tratar que los alumnos tengan libertad de cometer errores e iniciativa para formar preguntas y conjeturar. Al conjeturar, se tienen excelentes motivos para propiciar la imaginación, el ensayo y error de forma razonable; todo esto sustentado en la evidencia, las analogías y en el aprendizaje con base en los errores. 3. Sentido de lo aprendido: en el contexto de la motivación, es trascendental que el estudiante perciba que las Matemáticas aprendidas tienen sentido y aplicación en su vida (en su forma de razonar, de argumentar, solucionar problemas reales). D’Amore dice: Lo que aleja a los estudiantes de las matemáticas no es ella misma en sí, sino la forma cómo ésta se les presenta, la falta de interacción entre el mundo real y los contenidos orientados en el aula; ellos se desestimulan cuando descubren que la matemática que se enseña en la escuela no se relaciona con la vida cotidiana (citado en López-Quijano, 2014). Claramente, habrá problemas y ejemplos que sólo sean algorítmicos, pero los problemas más motivantes son los que simulan la realidad y ellos deberán estar contextualizados, en la medida de lo posible, empleando la teoría de situaciones auténticas postulada por Torulf Palm (2009), que es una herramienta útil para analizar y diseñar problemas de tipo textual que emulan situaciones reales, con el propósi-

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