Rúbricas XV Humanidades digitales 59 y liberó sus ensayos y artículos sin costo, tras la primera edición con efectos nocivos para sus bolsillos... Los libros gratuitos dejan a los autores en el desierto, en el despojo de sus posibles bienes... Si bien prácticamente nadie se mete a escribir pensando en que se hará millonario, sí espera un mínimo de retribución por todas las horas, días, meses y a veces hasta años que emplea en la escritura de un libro. Uno pensaría que las universidades serían las primeras en defender los derechos autorales y, sin embargo, ya se ha vuelto una maniobra común que estas entidades, así como algunos sectores editoriales del gobierno, soliciten a los autores poner en repositorio la obra, lo que significa un tiraje físico (con el 10 % de libros como pago en especie para el autor) y, luego, la liberación gratuita de la versión electrónica (o peor, de las versiones electrónicas) del libro, sin ganancia alguna para el autor... Una práctica que debe desaparecer y en el que las universidades deberían estar involucradas, más ahora, en estos tiempos en que lo virtual ha adquirido primacía... Las cosas no se detienen ahí para los autores, quien esto escribe, ha asistido, este año, a varias ferias internacionales del libro, en Ecuador, en Venezuela, al interior de la república... virtualmente, sin la ventaja del viaje, del encuentro con otros autores y con los lectores, en esa dinámica que paga indirectamente de otra manera... Lo que ahora existe es el uso indiscriminado de los recursos de quienes producimos estos materiales, sin la adecuada respuesta económica... Es necesario un cambio. No sólo entre quienes sobrevivimos a la pandemia, entre los que nos adaptamos a sus cambios, sino entre quienes manejan los aparatos productivos que explotan estos recursos sin importar, otra vez, los efectos colaterales, sin importar, pese a las abiertas declaraciones de lo opuesto, la explotación indiscriminada. Estamos enfrentando un cambio íntegro y es necesario sopesar los alcances de nuestras acciones, de reproducir los viejos patrones económicos como si no hubiera otra forma de comercio, revalorar cada uno de nuestros bienes... En el día en que esto se escribe, el Financial Post emplea como ariete este titular: Water joins gold and oil for first time as traded commodity on Wall Street amid fears of scarcity. “Climate change, droughts, population growth, and pollution are likely to make water scarcity issues and pricing a hot topic for years to come”. RBC (Chapman, OnLine) Pronto esos relatos de la vieja ciencia ficción sobre el elevado costo del agua se harán realidad, si no hacemos en conjunto, cabalmente, algo al respecto. El mundo sigue su curso de cambio, con una nueva cara, en medio de un apocalipsis parcial que nadie aceptará como tal, pues, pese a todo, pese al prestigio negativo de filmes e historias del fin del mundo, parece que compartimos una sola imagen, un solo ideal negativo que extrañamente parecemos empeñados en alcanzar con dignos efectos especiales, a la altura de las circunstancias.
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