Rúbricas 16

29 Rúbricas XV Humanidades digitales Ahora bien, esta reflexión está sostenida desde el horizonte filosófico: fenomenológico y hermenéutico. La cuestión de fondo está directamente relacionada con la reflexión que detona la fenomenología desde la noción de apercepción trascendental kantiana. Aunque durante todo el artículo no se hable explícitamente de estas cuestiones en términos filosóficos, nuestro marco teórico está cimentado desde la noción de apercepción como conocimiento de algo que no se agota en la pura percepción, sino que comporta de un momento de captación; hay una unidad irreductible entre el sentir y el pensar, y esta unidad nos brinda una forma singular-abierta de relacionarnos con el mundo. Se añaden, además, planteamientos del pensamiento de la filosofía francesa, especialmente de Michel Foucault, para poder cuestionar la manera en que captamos el mundo a través del medio tecnológico/digital y las repercusiones que tiene en la construcción de subjetividad que moldea la lógica de la tecnología digital. Con base en lo anterior, en un primer momento, en este escrito, me interesa reflexionar acerca del mundo virtual y real. Hay que desmitificar que existen dos mundos independientes. Hay un solo mundo. En este mundo Virtual-Real donde habitamos tenemos que cuidar los imaginarios, las ideas y la manera cómo nos relacionamos con los demás, con nosotros mismos y con el mundo donde habitamos. Si no atendemos esto, la tecnología empobrece nuestra vida pensando que podemos controlar y modificar nuestros afectos. En un segundo momento, quiero reflexionar acerca de cómo la lógica de la tecnociencia ha tratado de someter nuestra vida a un mecanismo de relojería. Bajo este mecanismo tecnológico, reducimos la existencia a una dimensión central: la eficacia. La situación problemática que interpela en estos tiempos nos obliga visualizar algunos peligros que debemos tomar en cuenta al momento de someter nuestra vida a que van absorbiendo información y datos gracias a la interacción que tiene el usuario que habita su arquitectura digital. esta lógica. Esto nos llevará, en un tercer momento, a repensar la creatividad humana y tomar distancia del concepto de innovación, que programa una vida con base en certezas. Es necesario poder dilucidar una nueva manera de apropiar nuestra existencia. Para dejarnos llevar por un pensamiento creativo necesitamos abdicar esas mitificaciones de creer que nuestras acciones están sujetas a un algoritmo cerebral. Al final, terminaré señalando la necesidad de tener apertura y sentir un mundo herido. Quizá es la primera respuesta que debemos hacer ante lo que estamos viviendo. Dejarnos interpelar por la problemática real para poder encontrar una tierra nueva. Sólo un mundo, pero no un mundo solo No existe una sola manera de percibir el mundo. Somos sujetos sensibles con capacidad de captar la realidad de múltiples formas. Nuestros sentidos son la tecnología más brillante que tenemos para poder comprender el mundo; la sede de esta comprensión no está en el cerebro, sino en la apertura que tenemos ante la vida para poder acoger, de diferente manera, el mundo sensible. Esta apertura hace que nos obliguemos a fijar nuestra mirada de cierta manera; atendemos la vida desde un punto de captación, desde una perspectiva. Esta afirmación ha perdido fuerza en el momento actual debido a que el imaginario colectivo ha potencializado la creencia de que la tecnología digital ha tenido la facultad de crear diferentes mundos: lo virtual y lo real. Este imaginario piensa que a cada uno se le puede comprender por separado. Ahora bien, la palabra “virtual”, si nos vamos a su raíz etimológica, en latín quiere decir virtus; este concepto pone el énfasis en la fuerza, ese impulso que tiene algo que llega a ser lo que es, este verbo significa hacer crecer. En suma, es la tierra fértil que tenemos para poder engendrar. Esta palabra, con el paso del tiempo se denominó “virtud”. Sin embargo, en nuestro tiempo, es usual que el término “tecnología digital” esté relacionado con lo virtual. Este último concepto actualmente está asociado a todo lo que tiene existencia aparente, es decir, es lo opuesto a lo real o a lo físico.

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