Rúbricas XV Humanidades digitales 13 el proceder típico de cambiar el constructo en lugar de cambiar al ser humano, seguramente, dará losmismos frutos volátiles de tiempos pasados. El asunto aquí es de qué modo humanizar la mediación digital para que sea sólo eso, mediación de un mundo de vida en existencia, realidad y luminosidad de consciencia; léase: hallazgos filosóficos, artísticos, literarios o incluso místicos (experiencia del fundamento como epifanía). Tal vez, la recapturación de la realidad en tiempos digitales implique un proceso inverso de existencialización de lo digital, de testimonialización de eventos reales o personales cuya validez narrativa dependa de la experiencia pre-digital existencial y no a la inversa. También implicaría, en un nivel más investigativo, reactualizar los símbolos existenciales de la humanidad para proveernos de fundamentos significativos que nos permitan balancear el predominio de lo digital: símbolos originarios en relatos, poemas, escritos místicos, música con vitalidad rebelde, ensayos con ansias de verdad y no de sistematización, en fin, hacer un proceso de reapropiación de lenguajes originantes en todas las culturas a través de una conciencia integral como mediación obligada, para que de este modo no sea un mero revival nostálgico neohippista. En términos de un esfuerzo filosófico, implica algomuchomás difícil (dada la permeación de autores culturalistas, posestructuralistas y neocolonialistas que existen) la recuperación de la consciencia de la tensión existencial del ser humano en su búsqueda de fundamento divino (Federici, 2002), que los griegos llamaron metaxy; esto requiere un diagnóstico terapéutico de la percepción positivista que heredamos del mundo moderno, percepción en que la experiencia de los objetos en el mundo externo es absolutizada como la estructura de la conciencia en general, y que impide que todo fenómeno intelectual, vinculado con una experiencia de la realidad divina/espiritual, quede automáticamente eclipsado como algo que no vale o incluso no existe. Hoy, más que nunca, penetrar con una inteligencia cimentada existencialmente, hasta las fuentes originarias de la experiencia de la consciencia en la realidad, es tarea de una filosofía comprometida con su tiempo. Pues es gracias a esta inmersión en la profundidad de la psique epifánica, que la realidad será recapturada para que el eclipse digital que vivimos en la actualidad se transforme en una nueva simbolización creada por la humanidad, y así seguir dejando constancia de nuestra búsqueda de la verdad, a través de la historia y en tendencia hacia nuestro fundamento divino.
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