Rúbricas XV Tópicos de Ciencias Sociales 7 - Juan Luis Hernández Avendaño En el año 2010 un tercio del país seguía siendo gobernado autocráticamente por el PRI desde 1929. El priato en los estados cumplía 81 años de gobiernos ininterrumpidos y el autoritarismo electoral que se implementaba desde el poder ejecutivo estatal hacía muy difícil a la oposición competir en serio por esas gubernaturas. Puebla era uno de esos estados, pero la lucha por la gubernatura en aquellas elecciones de 2010 tenía una confrontación simbólica agregada. El gobernador saliente, Mario Marín Torres, se había convertido en un ícono priista despreciable; manchado para siempre por el escándalo de vulnerar los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho, perdonado por la Suprema Corte de Justicia, pero no por la sociedad poblana, emergían desde su administración aires de alternancia en el gobierno estatal. Una ola democratizadora subnacional recorría una parte de los territorios aún gobernados por el PRI. El PAN y el PRD anunciaban lo que parecía un contrasentido: una alianza electoral anti PRI. La derecha y la izquierda enarbolarían en cinco estados, que tenían elecciones estatales, la bandera del cambio, la idea de que ya era suficiente PRI para las historias de aquellas entidades. Repelían las críticas de la alianza “antinatura” sosteniendo que no era una alianza ideológica, sino una alianza democratizadora. En Puebla, esa alianza PAN/PRD y otros partidos menores, la enarboló Rafael Moreno Valle Rosas (RMV), nieto del exgobernador Rafael Moreno Valle (1969-1972), retirado tempranamente del cargo por el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez por sucesivos eventos de represión social convertidos en problemas de gobernabilidad. Moreno Valle Rosas, como otros priistas, con honda identidad partidista pero insatisfechos porque el partido no los elegía para cargos de elección popular, decidió irse al PAN tras larga militancia familiar, y desde su nueva plataforma ganaría una senaduría para desde ahí arribar a la gubernatura de Puebla. Un expriista, como en otras partes de la república, enarbolando una alianza opositora con fines democratizadores; un expriista que se subió a la ola anti PRI en Puebla y que convergió con una sociedad civil que creó un ambiente social de cambio frente a la ignominia que había significado el “góber precioso”; un expriista que recibió las puertas abiertas tanto del PAN como del PRD para construir su proyecto de gobierno, y personal, y que capitalizó las expectativas de cambio y alternancia. Su triunfo en las urnas fue contundente frente a un candidato anodino del PRI. A juzgar por los documentos de campaña, los discursos y las propuestas de Moreno Valle Rosas, la alternancia anunciaba buenos augurios para la sociedad poblana. - Hernández Avendaño, Juan Luis. Maestro en Ciencias Políticas, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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