Rúbricas 15

34 Señala el último informe de gobierno de Rafael Moreno Valle: “Puebla va por el camino correcto y la transformación está a la vista”. Según este mismo documento, el estado ha tenido logros sociales impresionantes. El más importante de ellos y el que se muestra como carta de presentación es la disminución de la desigualdad. Según los datos que ofrece el propio informe, la entidad habría pasado de ocupar el lugar 32, en términos de nivel de desigualdad, al noveno a escala nacional. Otros logros destacados se dan en el ámbito educativo y en el de salud. En el área de la educación destaca la cobertura y el aumento en las calificaciones en las evaluaciones nacionales. Mientras que, en materia de salud, se destaca que se ha alcanzado la cobertura universal a través del Seguro Popular. En el informe se afirma que el gobierno del estado, durante la administración de Rafael Moreno Valle, llevó a cabo una estrategia innovadora que permitió afrontar la problemática social de manera eficaz. A partir del año 2014 se implementó la llamada Estrategia para Abatir las Carencias Sociales en el estado de Puebla, para lo cual se analizaron los indicadores contemplados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (CONEVAL), los cuales determinan la medición oficial de la pobreza. El propósito explícito fue mejorar dichos indicadores. Este documento busca ejemplificar cómo la estrategia utilizada en el estado de Puebla pone énfasis en los indicadores sin preocuparse de que las condiciones reales de bienestar de la población mejoren. Las acciones instrumentadas por el gobierno morenovallista inciden en los indicadores, aunque la realidad de carencias de la población poblana cambie poco. La base lógica de este planteamiento consiste en identificar aquellos espacios donde pequeñas acciones e inversiones pueden alterar los resultados de los indicadores. Esto implica acciones concretas como mejorar un techo, otorgar un certificado de primaria o inscribir a una persona al Seguro Popular; así como estrategias propagandísticas para que la población reconozca dichas medidas independientemente del efecto real en sus vidas y conteste a modo las encuestas que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) levanta, reflejando una transformación que en la realidad no existe. El último ingrediente es seleccionar los indicadores y estadísticas con el fin de dar una imagen de progreso, de avance social. Al igual que las obras de infraestructura, lo que construyó el gobierno de Moreno Valle fue una escenografía social desde la cual promete “hacer por México lo que hizo por Puebla”. A continuación se revisarán las afirmaciones realizadas por la administración morenovallista referentes a las mejorías sustanciales en desigualdad, educación y salud, y las confrontamos con datos oficiales generados por el INEGI, CONEVAL y por el propio gobierno estatal. Al inicio de este documento citamos la afirmación del sexto informe de gobierno de Rafael Moreno Valle sobre la enorme reducción en los niveles de desigualdad en el estado de Puebla. La desigualdad y la pobreza son indicadores que resumen la condición general de la situación social. Por eso la afirmación de que las políticas emprendidas por el gobierno llevaron al estado de Puebla del último lugar en desigualdad, al noveno, en solo un año, de 2014 al 2015, representaría una proeza social, política y económica. Cabe preguntarse si un cambio de esta magnitud es posible. Podemos imaginarnos tres escenarios en los que esto podría suceder. El primero implica que el estado vivió una transformación social sin precedentes, casi podríamos decir revolucionaria, por su magnitud y rapidez. En este escenario existirían mejoras en los niveles de vida de los estratos sociales más desprotegidos; al ser medida la desigualdad a partir del ingreso, supondría su incremento sustancial. Otra posibilidad es que el estado haya tenido alguna mejoría o hayan logrado mantener la situación social estable mientras que el resto de las entidades sufrió una caída brutal en los niveles de vida y un aumento de la desigualdad. De esta forma, el estado de Puebla se habría movido de posición sin haber mejorado su situación sino a partir del incremento de la desigualdad en las otras entidades. Finalmente, podemos pensar en que por alguna razón los ingresos de los sectores más ricos de la población se desplomaron generando una mayor igualdad a partir de empobrecimiento de los estratos superiores, este sería un escenario posible en una crisis grave. En Puebla, ninguno de los tres escenarios ha ocurrido. Otra posibilidad es que los datos estén errados o manipulados. Sin embargo, cuando se revisan los resultados del Módulo de Bienestar Económico que CONEVAL utiliza para la medición de la pobreza, la distribución del ingreso y la desigualdad a partir de los datos recolectados por el INEGI cada dos años, se constata que el estado de Puebla pasa de la última posición a la novena, como señala el sexto informe de gobierno de 2014 a 2015. Por lo tanto, debemos enfocarnos a los datos, su precisión y su uso. ¿Cómo es posible una reducción tan considerable de la desigualdad en tan solo un año? Lo primero que salta a la vista es la comparación entre 2014 y 2015 utilizando dos encuestas que no son

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