Rúbricas 14

77 Rúbricas XIV Aprendizaje Situado y Praxis Universitaria 76 Rúbricas XIV Servicio Social - La suma del ARU y el ASE ofrecen más tiempo cada semana para estar presentes en los contextos de inci- dencia y reflexionar acerca de la experiencia - La integración entre semestres ofrece una mayor du- ración total de la experiencia para favorecer su madu- ración y ajustes. - Sinergia entre elementos curriculares La experiencia del ASE Integrador no propone una simple suma de créditos y horas clase, sino la asociación estratégica de elementos curriculares pertenecientes a las tres dimensiones del currículum. Esta integración de las dimensiones de formación no se logra por decre- to, sino a través de la colaboración de diferentes actores para intervenir en una situación real. Dicha situación es la que da unidad a la experiencia y por eso se puede hablar de un proyecto integrador . - El proyecto para el desarrollo y la evaluación de competencias El método de proyectos es una herramienta que cobra una importancia creciente en el siglo XXI porque está ligado al enfoque socio-constructivista de competencias por el que la Ibero Puebla ha optado hace 15 años. Evi- dentemente, los proyectos son un medio idóneo para evaluar el nivel de desempeño que han alcanzado los estudiantes a través de productos o desempeños visibles en contextos específicos. Asimismo, movilizan actitudes, conocimientos y destrezas previos y promueven el desa- rrollo y la evolución de competencias de los alumnos. Mientras en los ambientes escolares tienden a frag- mentar los componentes de las competencias, las expe- riencias auténticas, como las que promueve el ASE In- tegrador, ponen en juego las actitudes, conocimientos y destrezas de forma integrada, y propician la manifesta- ción real de las competencias universitarias. - Trayectorias estudiantiles y ejes de incidencia de la Universidad Otro elemento característico de la ubicación del ASE Integrador en el currículum de la Ibero Puebla es que se encuentra en la transición hacia el Área Menor, que se caracteriza por el desarrollo de la autonomía y por la especialización. El ASE Integrador consiste en un andamiaje educa- tivo para facilitar el acceso del estudiante a una situa- ción en la que puede influir positivamente y aprender. Por experiencias anteriores en la docencia, investigación o extensión, la Universidad cuenta con acercamientos previos con ciertos territorios, poblaciones, colectivos, organizaciones, instituciones, pero también con pro- blemáticas, metodologías, paradigmas, tecnologías u otras variables. Estas opciones políticas que ha toma- do la Universidad representan dinamismos que crean corrientes hacia fuera y hacia dentro de la institución. En la medida en que simpatizan con estas opciones, los estudiantes pueden asociarse a un proyecto colectivo en donde los proyectos universitarios se pueden inte- grar en ejes de incidencia y comunidades de aprendi- zaje. Dentro o fuera de estas corrientes, los alumnos tienen la posibilidad de especializarse y desarrollar una trayectoria propia que integra sus saberes profesiona- les con sus deseos, ensanchando el camino que deciden emprender como proyecto de vida. De la colaboración entre varios proyectos se puede consolidar la relación de la Universidad con actores sociales y lograr un mayor alcance en proyectos de incidencia. - Retos y perspectivas del ASE Integrador Al empezar el tercer año de la experiencia del ASE Inte- grador es necesario ponderar los logros de esta propues- ta y tomar en cuenta los retos que enfrenta, para cons- truir una perspectiva de futuro viable. Los logros y las ventajas del ASE Integrador ya se han señalado en otros apartados de este artículo. Ahora abordaremos los retos que enfrentará esta propuesta, en especial, al considerar el Rediseño de Planes de Estudio que actualmente se desarrolla en nuestra Universidad. Un primer reto consiste en llegar a tiempo a todos los estudiantes de la Universidad. Resulta paradójico que, en una época en la que tenemos a nuestra disposi- ción una amplia serie de medios y mecanismos de co- municación, la información no llegue a todos los que debería alcanzar, pero así sucede. Hasta ahora, la pro- moción de la propuesta se ha realizado, principalmente, a través del boca a boca , a partir de la experiencia de quienes la han vivido. Es necesario, sin embargo, construir una propuesta con estrategias de comunicación más directa con los es- tudiantes que están en posibilidad de cursar el ASE II, para que consideren la opción del ASE Integrador, ase- gurándonos que la información les llegue completa y a tiempo. La experiencia vivida nos señala el papel que en esa comunicación juegan los coordinadores de progra- mas de licenciatura, con quienes, de manera necesaria, habrá que seguir dialogando para aclarar y enriquecer la propuesta. Además, hay que considerar que la información debe llegar en el momento oportuno, es decir, cuan- do los alumnos están en el proceso de decisión sobre el ASE II, y asegurarnos que la propuesta la reciben completa, con sus implicaciones de tiempos y compromisos, pero, también, con las posibilidades que comporta, destacando dos situaciones: el plus que significa llevar una asignatura de ARU específica, como apoyo a la temática del ASE, y la viabilidad de plantear un proyecto que puede desarrollarse a mediano plazo, ligándolo a su Servicio Social. Para esto último, es necesario pensar en procesos administrativos más sencillos, que alienten a los estudiantes, al menos a la mayoría de quienes realizan el ASE Integrador, a darle continuidad a su proyecto. A su vez, cabe señalar un reto de orden teórico-metodológico. Con ello nos referimos a la nece- sidad de revisar la experiencia para buscar una mejor articulación entre los dos espacios que se unen para dar pie al ASE Integrador: el ARU temático y el ASE. Sin rigorismos, debemos establecer con mayor claridad qué se espera de cada espacio, pues es necesario conjuntar varios elementos, como se señala en este mismo texto: la experiencia, la reflexión en diálogo con las teorías, la construcción de una metodología y, que todo ello, cristalice en la elaboración de un proyecto que cumpla con las expectativas y que dé cuenta, de manera cabal, de la capacidad de cada estudiante, de acuerdo al momento en el que se encuentra en sus estudios de licenciatura. Por supuesto, para animar este proceso se requiere de la participación de profesores con la com- prensión del modelo, y del compromiso para hacerlo realidad, más allá de las limitaciones con las que se encuentra en la cotidianidad, como la escasez de tiempos y, en ocasiones, la dificultad para armonizar todo lo necesario: medios de transporte, disposición de los sujetos con los que se trabaja, el cumplimiento de los tiempos y requerimientos administrativos. Cabría explorar, por ejemplo, la posibilidad de que un solo profesor conduzca ambos espacios (el ARU y el ASE), pero queda claro que se trataría de un perfil muy especializado, que tendría que cumplir mínimamente con lo siguiente: experiencia en trabajo de campo, capacidad organizativa, alto nivel teórico metodológi- co, habilidad de diálogo y negociación con los grupos y personas con quienes se trabaja, entre los más importantes. Otros retos más puntuales, pero también importantes, que habrá que considerar, son los siguien- tes: mantener una evaluación y seguimiento preciso del proceso de cada grupo de ASE Integrador, y de cada estudiante, para dimensionar los frutos y compararlos con los objetivos planteados, de cara a la formación integral que propone la Ibero, y que necesariamente implica la articulación de las tres dimensiones formativas. Como resultado de lo anterior, tendría que revisarse, por ejemplo, si las temáticas planteadas siguen siendo relevantes y viables de abordarse, y definir mejor el perfil necesario del profesor y del estudiante del ASE Integrador. Asimismo, vemos como reto el mejorar la visibilidad de la propues- ta del ASE Integrador para que adquiera legitimidad como una propuesta viable a los ojos de todos los implicados. Hay que seguir invitando a un mayor número de académicos a las evaluaciones parciales y finales de los proyectos, especialmente a los coordinadores de las licenciaturas de los alumnos implicados, para que sean ellos quienes inviten a otros estudiantes a participar. En esta misma línea, valdría la pena explorar la posibilidad de publicar y dar a conocer en diversos medios el resultado de los mejores proyectos, para que lleguen a un público más amplio y alimenten las discusiones en curso, y abran nuevas posibilidades de trabajo, acordes con la filosofía institucional. En suma, hacia el futuro hay que seguir acompañando, reflexionando, aprendiendo de la expe- riencia, y a partir de allí enriquecerla para que siga siendo viable y pertinente para todos aquellos que quieren hacer suyo el ideal de la Ibero Puebla, de la transformación social, de ser para los demás y con los demás.

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