70 I. Introducción: Jaime Sabines en contexto No es un exceso afirmar que, de todas las obras poéticas de la poesía mexicana, la de Jaime Sabines es una de las menos estudiadas con profundidad filosófica. Si comparamos la obra del autor de Horal, La señal y Adán y Eva, con la de poetas como Octavio Paz, José Carlos Becerra o José Emilio Pacheco, nos daremos cuenta que estamos ante un autor poco reflexionado, aunque sí profanado por la crítica. A Sabines no se le ha bajado de poeta de arrabal, de las masas, de fácil hechura y poco complicados versos, en fin: Jaime Sabines representa facilidad poética y anti-profundidad por excelencia. La intención del presente ensayo es exponer, de manera reflexiva, la concepción poética de Jaime Sabines y ponerla en relación tensional con lo sagrado como forma de involucramiento súbito que inaugura una convulsión que lo divino ejerce sobre la vida cotidiana. De ahí que la tesis principal de este escrito sea la existencialidad de lo sagrado, es decir, cómo la peculiaridad existencial de la poesía ejerce una caracterización de lo sagrado como revelación perturbadora en los sitios más inusitados que el poeta canta en su diario acontecer. II. Poema oscuro de hombre: la existencialidad poética de Jaime Sabines Para hablar de la poética de Sabines tomaré un texto llamado “Sobre la poesía”, publicado en la revista Pájaro Cascabel (núm. 2, 1962), editada por Thelma Nava, en el cual, a manera de una carta, el poeta explica su concepción de la poesía y el fenómeno poético. Para situar reflexivamente las diferentes concepciones del texto, aludiré sintéticamente a la noción de “existencialidad”, como aquello que reflexiona sobre el valor de la existencia humana y su cualidad en medio de los “existenciarios”, es decir —siguiendo a Heidegger—: cómo la vida se hace presente a la conciencia existencial mediante estructuras fundamentales como el tiempo, la muerte, la angustia, la autenticidad y el cuidado de la vida. Con esto pretendo decir que lo más importante, como fuente y criterio de lo poético y de autenticidad en las reflexiones de Jaime Sabines, es la cualidad de “existencialidad” de la escritura poética: El ejercicio de la poesía es un ejercicio impúdico. El poeta es un aspirante a santo desnudo, es un tratante de la heroicidad, es un hombre vendido gratuitamente. [...] El poeta, como el amante, tiene que llegar al silencio: en el silencio están Dios o la muerte, o los dos al mismo tiempo para las almas felices.2 El carácter de impúdico habla de la poesía como un ejercicio de ruptura con la realidad, una conjunción de opuestos que se sintetizan sin mezclarse en la realidad del ser humano. Ésa es la primera idea principal que Sabines no abandonará en toda su poesía. El poeta es ante todo un ser ligado a su condición humana y las contradicciones que ésta implica. El santo desnudo, paradoja poética que reúne aspiraciones espirituales y basamentos dionisiacos, el poeta como amante que se sirve de su humanidad para alcanzar el silencio, llegando a lo esencial de la existencia a través de nuestra mundanidad, a través de lo humano se va más allá del hombre, con la poesía como medio de estructuración simbólica de la existencialidad.3 El poema es así, el testimonio de las horas del hombre sobre la tierra. Canto o lamento, queja o protesta, grito o balbuceo, el poema debe ir siempre oscuro de hombre. Gloriosamente.4 La temporalidad humana como fuente primordial de duración de la conciencia existencial es 2 Pájaro Cascabel. Revista de Poesía (1962). Número 2: 6. 3 Algunos comentarios sobre la existencialidad como cualidad del valor de la existencia con los otros: http://borascogitations.blogspot. com/2006/02/existentiality-of-da-seins-being-with.html 4 Pájaro Cascabel. Revista de Poesía (1962). Número 2: 6. El subrayado es mío. La existencialidad de lo sagrado Una peculiaridad existencial de la poesía ejerce una caracterización de lo sagrado como revelación perturbadora en los sitios más inusitados que el poeta canta en su diario acontecer.
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