Rúbricas 12

Rúbricas XII Literatura y Filosofía y su relación con otras disciplinas 53 cultad para llegar a un consenso en cuanto a lo que la poesía es, más allá de su materialización en la forma de poema, en la figura del poeta y de la relación que pueda surgir entre estos elementos constitutivos del fenómeno poético. Para definir el tema de la poesía, Xirau se remite a la reflexión sobre el poema y el poeta, otras veces utiliza para ello términos propios de la filosofía o sigue ideas de los autores por él estudiados. Poíesis, de donde deriva el vocablo poesía, fue “un concepto que significó el ‘hacer’ en su sentido concreto y material” (Lledó, 2010: 15). Conforme pasó el tiempo se fue descargando “poco a poco de esta significación, llegando a adquirir otra opuesta: la sublimación” (15). La aproximación a la poesía emprendida por Ramón Xirau está articulada a partir de la reflexión sobre la obra de autores, particularmente poetas pertenecientes al ámbito hispanoamericano: desde Sor Juana Inés de la Cruz a José Lezama Lima, de Jorge Luis Borges a San Juan de la Cruz, de Lope de Vega a Juan Ramón Jiménez y Octavio Paz, la lista de nombres y de obras es larga. La posición de Xirau sobre la poesía constituye una síntesis, su aportación no es la del desarrollo de una posición novedosa e inusitada, sino la articulación de diferentes propuestas o posturas ante la poesía por parte de algunos poetas que, curiosamente, han sido también pensadores del proceso poético. El mismo Ramón Xirau comparte el perfil con varios de los autores por él estudiados, en el sentido de que es también poeta. Su obra poética fue escrita íntegramente en lengua catalana. Resulta inevitable cuestionarse sobre el porqué de la selección de los autores que conforman su objeto de estudio, si tiene algún sentido que varios de ellos cultiven tanto la poesía como la reflexión en torno a ésta. Lo que sugiere Xirau con esta selección es que no es necesario ser filósofo para acceder a la comprensión de lo que es la poesía, no está negado a los poetas tener conciencia de su propio quehacer, de su ejercicio creador. Algo contrario a lo que Platón planteó en algunos de sus diálogos, en los que quitaba a los poetas tal posibilidad, por no saber lo que decían con respecto a la poesía (Apología 22 c, Ión 534c, Protágoras 347c y en Leyes 719c). La tendencia a considerar que los poetas no pueden reflexionar sobre la naturaleza de su quehacer está asociada a la idea, presentada también por Platón, de que el poeta escribe en estado de éxtasis. Esta posición es posible encontrarla en el Ión: “Es una cosa leve, alada y sagrada el poeta, quien, por cierto, no está en condiciones de poetizar si no se encuentra antes como endiosado, demente y sin inteligencia” (1992: 534 b); en el Fedro: Fotografìa: Ramón Xirau. ADN40

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