Rúbricas 12

38 paradigma del “yo puedo” el verdugo es de la misma magnitud que la víctima pues es él mismo. Se antoja así la vida del individuo, como la máquina del movimiento perpetuo, en donde el cansancio se genera por la imposibilidad de que el hombre devenga en el sí mismo que todas sus posibilidades le ofrecen. Para Chul-Han la positividad del poder es más eficiente que la negatividad del deber. Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley. A la sociedad disciplinaria todavía la rige el no. Su negatividad genera locos y criminales, la sociedad del rendimiento, por el contrario, produce depresivos y fracasados.12 En el ánimo de que la sociedad en cuestión busque la vida buena, cambia la convivencia por la supervivencia. La hiperatención, el multitasking, no deja lugar a la atención profunda, a la contemplación, a la escucha atenta o al aburrimiento profundo que ya no se tolera y que es motor de la creatividad, al que alude Walter Benjamin: “Así como el sueño es el punto álgido de la relajación corporal, el aburrimiento lo es de la relajación espiritual. El aburrimiento es el pájaro de sueño que incuba el huevo de la experiencia”.13 Las reflexiones de Chul-Han que se extienden en su texto La sociedad del cansancio, caracterizan al grupo de hombres y mujeres cuya respuesta ante el encuentro sexual es Mendokusai. Este mismo exceso de positividad encierra al hombre en sí mismo, de manera que su cansancio lo aísla en una banda de Moëbius enviciada que se caracteriza por el ciclo: actividad – cansancio – incomunicación – aburrimiento – agitación – actividad. Si el erotismo disuelve el abismo entre dos individualidades, el 12 La sociedad del cansancio: 17. 13 Para una crítica de la violencia y otros ensayos. Iluminaciones IV: 118. Fotografía: freepik

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3