Rúbricas XI Ciencias de la Salud en la Ibero Puebla 75 diagnóstico viene un tiempo de negación, frustración, enojo y miedo, porque pensamos en todo “lo que nos va a pasar por tener esta enfermedad”: ¡me voy a quedar ciego!, ¡me van a cortar una pierna!, ¡así no quiero vivir!, pero después del primer año de tratamiento con medicamentos, los valores de azúcar en sangre se empiezan a normalizar y viene la famosa “luna de miel de la diabetes”, y nos vamos sentimos mejor; el riesgo es que luego de esta mejoría regresemos a nuestro estilo de vida: comemos todo lo que nos gusta sin preocuparnos de nuestra salud, utilizamos remedios o plantas milagro que “curan la diabetes” y siempre expresamos: “me siento bien”. En realidad, cada vez que comemos pastel, tamales, atoles o refrescos –si es que forman parte de nuestros hábitos alimenticios– agravamos nuestra salud sin darnos cuenta, y al paso de los años todo se complica: la movilidad física se ve afectada y nuestra familia empieza a aburrirse, los costos de medicamentos o insumos para mantener el control de la glucosa son caros, por lo tanto, afectan la economía familiar, entre otras consecuencias. Entonces nos damos cuenta de lo difícil que es vivir con esta enfermedad. Generalmente, la familia identifica qué le sucede al paciente con diabetes, pero no se crea la conciencia de llevar una vida saludable, y todos –a pesar de ver y vivir de forma cercana las consecuencias–, no tenemos la preocupación ni nos ocupamos por evitar que en un futuro también formemos parte de estas estadísticas. Decir: “yo soy un gordito feliz y prefiero vivir pocos años contento que muchos años sufriendo por no comer o tomar lo que me gusta”; “hacer ejercicio me cansa y sudo, y no me gusta”; “no tengo tiempo de hacerlo”, es aventurarnos al desasosiego. Lo descrito anteriormente es uno de los muchos ejemplos de barreras que existen para prevenir o tratar esta enfermedad. EnMéxico, como en otros países, la comida forma parte importante de la cultura. Pensemos en nuestras fiestas, en ellas siempre hay comida; nos sentimos tristes y comemos… Durante años y años, casi todo gira alrededor de la comida. ¿Qué hacer ante este panorama? La preparación y especialización para tratar pacientes con diabetes son muy importantes, pero además, es fundamental capacitar a las personas con diabetes y a sus familias para provocar un cambio real en su vida. El educador en diabetes debe enseñar a los pacientes a tomar decisiones día a día. No hay que esperar a una consulta de 15 minutos cada 40 días o de 30 minutos cada tres meses con el especialista; es necesario que decida qué hacer si el azúcar se baja (hipoglucemia) y está convulsionando, o si el azúcar está muy alta (hiperglucemia), qué ocasiona que casi no vea, etcétera. La educación en la diabetes es el pilar del tratamiento y la prevención: no sólo decir: “hacer ejercicio es bueno para la salud”, sino entender por qué esta práctica ayuda. Si ya tenemos esta enfermedad debemos aprender a vivir con ella, no negarla porque si algo es seguro es que no se cura, sólo es posible tratarla, pero con un manejo adecuado evitaremos de manera considerable todas sus complicaciones. Es fundamental conocer los “Siete comportamientos”, sobre el manejo de la diabetes, el orden no es necesariamente el de mayor importancia, cada uno de los pacientes deberá seleccionar en cuál de estos comportamientos tiene menor conocimiento o apego: 1. Comer saludablemente: ¿qué comer?, ¿en qué cantidad?, ¿a qué hora? 2. Toma de medicamentos: ¿cuáles consumir?, ¿qué hacen en mi cuerpo? Importancia del horario y no omitirlos 3. Realizar actividad física: ¿puedo hacer o no ejercicio? ¿Qué tipo de programa de ejercicio es el ideal para mí?, ¿en qué horario es mejor hacer ejercicio? 4. Monitoreo de glucosa: tengo claro ¿por qué debo monitorear mi glucosa? ¿Monitoreo mi glucosa todos los días?, ¿cuáles son mis objetivos glucémicos?, ¿cuáles son mis metas glucémicas?, ¿cuál es el mejor equipo para mí? 5. Resolver problemas: qué tipo de estrategias puedo adquirir para responder de forma apropiada al manejo de una barrera que me impida el autocuidado de la diabetes 6. Aceptar que vivimos con diabetes: hay que tomar en cuenta creencias, actitudes, juicios, pensamientos, experiencias, aspiraciones, capacidad afectiva y cognitiva para poder sobreponerse a una enfermedad crónica 7. Reducir riesgos: trabajar en el sobrepeso, obesidad, hipertensión, cuidado de los pies, control metabólico como control de triglicéridos, colesterol, etcétera. Para realizar un manejo o un automanejo de la diabetes, hay que identificar si tenemos alguna barrera o no. Para hacerlo nos ayuda identificar si alguna vez pensamos: • No sé qué hacer • No tengo la habilidad para llevar a cabo las actividades de autocuidado • No soy capaz de llevar a cabo mi automanejo • Los costos son más altos que los beneficios. Es importante que los pacientes aprendan a tomar decisiones sobre su enfermedad. Eso ayudará a la adherencia. Dichas decisiones estarán basadas en conocimientos previos y debemos aprender de las experiencias de éxito y fracaso.
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