73 el Estado, pero también en las empresas–, y a la responsabilidad social y solidaria institucionalizada. Para las periferias, la frase del Papa Francisco, expresada en la Cuaresma de 2020, en el momento más crítico de la pandemia en Europa, “nadie se salva solo”, no es una frase romántica, ni una metáfora. Esa frase cobró pleno sentido, no sólo por la situación de pandemia, sino a lo largo de las vidas de sus habitantes, los cuales, para sobrevivir hasta el día siguiente, necesitan la ayuda del otro. Si bien esa es la misma condición humana (ya que, de acuerdo con la teología trinitaria y la antropología cristiana, el ser es relacional), quienes habitan los centros urbanos no lo reconocen, y su individualismo los lleva a pensar que todo lo han conseguido solos. Esta falsa percepción llega a tales niveles que los trabajadores informales de la economía popular, es decir, los trabajadores de servicios y del cuidado de quienes depende nuestra vida día a día, están totalmente invisibilizados. Este ocultamiento no es sólo físico, sino también económico, ya que tampoco su trabajo está registrado en la contabilidad nacional. En consecuencia, toda ayuda gestionada a su favor es registrada como gasto público. El Papa ha dicho que de una pandemia no se sale igual, se sale mejor o peor. EnArgentina los sectores populares que habitan las periferias han salido mejores. En primer lugar, organizaciones como la fghc cobraron visibilidad por sus acciones de reclamo en los medios, y credibilidad por el uso apropiado que han hecho de los recursos. Eso hace que, también, los barrios por ellas organizados hoy sean percibidos de otra manera. Antes, nadie sabía en qué condiciones vivía esa gente, ahora lo saben porque la organización se ha encargado de mostrarlo en los medios para despertar la sensibilidad de toda la población; algo sumamente necesario para que no sean cuestionadas las políticas públicas en su favor por parte del resto de la sociedad.Ahora, los centros están sensibilizados respecto a la periferia; reconocen a sus habitantes como seres humanos, algo que antes no siempre ocurría. Reconocen que la falta de trabajo es estructural y no desgano por parte
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