Reactivación desde abajo

63 Adaptaciones Si consideramos la estructura organizativa, por ejemplo, la pandemia ha afectado de manera amplia el número de personas involucradas en las actividades. Aunque en la actualidad la organización se compone de 25 trabajadoras y trabajadores con diferentes áreas de especialización (psicológica, jurídica y administrativa) y en general el número de contratos se ha podido preservar, es cierto que, durante la pandemia, el trabajo de los voluntarios se ha reducido hasta casi desaparecer. Antes, la asociación se apoyaba con el trabajo voluntario de alrededor de 70 personas, de las cuales hoy sólo colaboran dos. Otro cambio importante, desde el punto de vista de las actividades llevadas a cabo, se relaciona con el brindar ayuda directa a los migrantes en camino. Al principio la acción principal de la asociación era ir a las vías del tren para entregar apoyos materiales; a lo largo del tiempo a esa actividad se agregaron otras de consultoría y acompañamiento jurídico. Con la pandemia de covid-19 los integrantes de la asociación han dejado completamente de ir al ferrocarril. Atender a los migrantes cerca de las vías del tren fue la primera forma de acción de la asociación, pero no ha sido posible seguir con esta diligencia por respetar las medidas de protección sanitaria. Sin embargo, una de las claves que permitieron a la asociación sobrevivir fue la disponibilidad económica que, aunque limitada, ha sido constante. En este sentido, cabe decir que la asociación vive de recursos externos, la recaudación de fondos es llevada a cabo por dos integrantes de tiempo completo, lo cual garantiza que, aunque haya problemas financieros, nunca se llegó, ni en la pandemia, a tener que recortar los sueldos. En el último año los problemas se acentuaron porque muchos de los donantes reajustaron sus presupuestos y Casa Monarca tuvo que adaptarse. Sin embargo, lo que ayudómucho a la asociación fueron los convenios con asociaciones

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