Reactivación desde abajo

22 El empleo en el sector de las prestaciones de servicios domésticos ha sufrido fuertes afectaciones en términos de pérdidas de empleo, las cuales han sido estimadas alrededor de 72.3 % del total a nivel mundial, y en este sector están ocupadas, en su mayoría, trabajadoras mujeres (oit, 2020b:10-12). A la incertidumbre propia del sector, que se caracteriza por la ausencia de contratos formales y prestaciones, se suma el incremento en las responsabilidades al tener que hacerse cargo de los niños que no asisten a la escuela, aumento del riesgo de contagio, ya sea por la presencia de un mayor número de personas en casa, por el cuidado de enfermos, o por la falta de equipo sanitario adecuado para su protección (cepal, 2020d). Las mujeres que trabajan por cuenta propia o son propietarias de pequeñas empresas dependen, en gran medida, del autofinanciamiento, ya que enfrentan mayores barreras para acceder a recursos financieros formales. Los meses durante los que se ha desarrollado la pandemia han mostrado que el cierre de empresas y la ausencia de políticas y programas dirigidos a las mujeres, las han puesto en condiciones de mayor vulnerabilidad. La cepal proyectó que cerraría casi 2.7 millones de microempresas formales en la región (cepal, 2020c), por tratarse de un segmento con menores márgenes de ganancia y respaldos de capital. Con estos antecedentes, el escenario para las mujeres comerciantes y productoras es aún más complejo. La industria manufacturera es otro sector clave ya que, a pesar de contar con mayores niveles de formalización, es considerado un sector que podría sufrir de manera considerable como resultado de las interrupciones en las cadenas globales de suministro y el cierre de fábricas. Esto puede ser particularmente crítico en Centroamérica, donde 13.2 % (cepal, 2021: 7) del empleo femenino se concentra en este sector, con una gran participación en las industrias orientadas a la exportación, como la maquila y el ensamblaje.

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