116 licitaciones, entonces las empresas entraron en suspensión de subcontrataciones o contrataciones de materiales o servicios y se cancelaron lugares de trabajo. Fue necesario adecuar espacios en los lugares de trabajo por encontrarse en áreas fundamentales como servicio eléctrico y de construcción, quienes no tuvieron que suspender labores al 100 %. Se colocaron cintas por donde las personas no podían pasar, se indicó cuál era la ruta de entrada y cuál la de salida. La desinfección en centros de trabajo, en algunos periodos, se realizó cada semana porque se presentaban compañeros con covid. El negocio que tenían implementado como fumigación lo cambiaron a desinfección porque adquirieron el equipo necesario para ello, convirtiéndose así en uno de los servicios que ha crecido de manera importante. Como electricistas y compañeros siempre han tenido una forma fraterna de saludarse con palmadas en la espalda y abrazarse, a partir de la pandemia se encontraban y se quedaban parados frente a frente, y tomaban conciencia de que no podían saludarse como estaban acostumbrados. Este aspecto les costó mucho trabajo a todos, fue difícil adaptarse, la situación los ha obligado a transformar conductas. Ahora tienen gel en las oficinas y en todos lados, los cubrebocas son obligatorios. Por algún tiempo tuvieron compañeros en la entrada verificando la temperatura de los ingresantes o llevando los registros, quienes recorrían las instalaciones para verificar que todos cumplieran con las medidas sanitarias. Todo esto se reflejó en aumento de costos: impacto económico al disminuir los sueldos, costos adicionales por los insumos que se han requerido, e impactos a nivel negocio por la disminución de contratos. Hay que considerar que la recuperación de éstos no se ve a corto plazo, sino que será de mediano a largo plazos. Los compañeros que se enfermaron, al regresar al trabajo enfrentaron una actitud generalizada de rechazo, por ejemplo, les decían: “ni te nos acerques”, lo cual se vincula con una situación
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