Pasos Nueva Época 8

*Coordinadora de Información y Análisis Académico Universidad Iberoamericana Puebla eugenia.delachaussee@iberopuebla.mx 4 Puedo decir que he cambiado las formas de evaluar a mis alumnos enfatizando más en que se expresen y reflexionen. También trato de evaluarlos más frecuen- temente. La innovación docente se fundamenta en la creatividad y requiere constructores, personas diferen- tes que se atrevan a criticar y a desafiar lo establecido, no seguidores de reglas, procedimientos y caminos ya trazados y probados. La innovación moviliza nuevas posibilidades, la imaginación, los sueños, la capacidad y el compromiso de los que desean construir algo diferente o hacer de forma distinta lo que se hace de forma ordinaria. Asumo la pedagogía de la pregunta oral y escrita, pues forma constructores de ideas, de personas diferentes, de caminos no explorados, de nuevos rumbos. Pienso mucho en los cambios que realizo en mi docencia pues no siempre un cambio implica la mejora, aunque la mejora sí implica cambio. Tener experiencia profesional y docente no es sufi- ciente para ser una buena docente. Uno puede llevar mucho tiempo transitando por las aulas universitarias sin impactar a los alumnos, sin siquiera acercarse real- mente a ellos, sin “tocar” su mente y su corazón, sin generar procesos formativos y formadores. La propia experiencia docente y profesional hay que desmenu- zarla, examinarla y someterla a revisión, al análisis, a la autocrítica, a la interrogación, a la mirada del otro; es decir, a la reflexión que proporciona una comprensión honesta, profunda y desafiante de nuestra propia práctica pedagógica. La reflexión ayuda a comparar nuestra experiencia docente pasada con la presente y con la que quisiéramos; a contrastarla con la de otros profesores y profesoras; y a revisar y cambiar nuestras propias prácticas. Porque la reflexión es también expe- Referencias Rosario, V. (2011). Los saberes del profesor para transformar su práctica docente por competencias. Hacia la innovación en la docencia. EUA: Red de Académicos de Iberoamérica. riencia existencial profunda. La formación permanente más sólida y fructífera es la que se aprende a partir de la reflexión sobre las propias prácticas; aquella que nos obliga a revisar y modificar nuestros planteamientos sobre nuestras creencias y concepciones de la ense- ñanza y el aprendizaje, donde la vivencia docente provoca reflexión y ésta se apoya en la vivencia; y que, en el proceso, lleva no solamente a un cambio personal y profesional relevante, profundo y significativo, sino a un cambio colectivo. Por otro lado, aunque son necesarias las nuevas tecnologías de la información, no acostumbro a usarlas con mis alumnos, porque sólo adornan las aulas, pero distraen a los alumnos de lo esencial del proceso educativo, porque no modifican ni mejoran en absoluto a la persona. En la sociedad de la información, las tecnolo- gías tratan de abrirse camino presentándose como panacea para casi cualquier cosa y cualquier problema. Las tecnologías son medios no fines. Sin embargo, lo más importante no son los cambios externos de los alumnos sino los internos, es decir, los cambios que se producen en su forma de ser, en sus actitudes y comportamientos. Una vivencia o un aprendizaje que el alumno no interio- riza y hace suyo, no tardará en olvidarse y en convertirse en algo inútil y vacío. Nuestra sociedad requiere mejoras en las personas, en las ideas, en las actitudes, en las relaciones, en el modo de pensar, decidir y actuar.

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